Y le fue dado un rollo del profeta Isaías, y tras abrir el rollo, encontró el lugar donde había sido escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí... (Lucas 4,17-18a traducido del texto griego Nestlé-Aland). BLOG DEDICADO AL ESTUDIO Y A LA INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA.

lunes, 13 de julio de 2015

Gema bíblica: "Huesos secos" Ezequiel 37,4-5

Dura Europos

El me dijo: «Profetiza sobre estos huesos, diciéndoles: Huesos secos, escuchen la palabra del Señor. Así habla el Señor a estos huesos: Yo voy a hacer que un espíritu penetre en ustedes, y vivirán.


Esta es una de las más hermosas "pinturas" surrealistas del profeta Ezequiel en el siglo VI a.C. Se trata de un relato de visión en la que el profeta es trasladado a una gran llanura, probablemente a orillas del río Quebar. Recordemos lo que el profeta ha dicho antes: Yo me levanté y salí al valle: La mano del Señor descendió sobre mí y él me dijo: Levántate, sal al valle y allí te hablaré. Yo me levanté y salí al valle: la gloria del Señor estaba allí como la gloria que había visto junto al río Quebar, y caí con el rostro en tierra. Entonces un espíritu entró en mí y me hizo permanecer de pie (Ez 3,23-24a). Porque esa experiencia previa narrada en el libro de Ezequiel repite varios elementos en el relato de Ez 37,1-14: el profeta, una visión, un valle, la Palabra de Dios, la Ruah o el Espíritu.

Ezequiel, hijo de Buzí, llega a Babilonia con la primera deportación, hacia el 597 a.C. Es posible que la experiencia a orillas del Quebar fuera en el 593 a.C. teniendo unos 30 años de edad; y que la visión de los huesos secos responda al final de su ministerio, aprox. por el 571 a.C. donde ya muchos de sus compatriotas veían que serían enterrados en Babilonia, veían sus "huesos secos" en tierra extraña, él mismo para la época tenía una edad avanzada.

De hecho, la generación posterior es la que ofrecerá un resto que volverá a la tierra de Israel. De ahí también los textos escritos en el exilio en Babilonia sobre Josué y Caleb en el Pentateuco, las predicaciones para alentar el regreso a la patria: quienes vuelven son quienes eran niños al salir de Egipto, más Josué y Caleb. Así, por ejemplo, el mismo verbo hebreo (oloh) que utiliza Ezequiel para la subida de la carne sobre los huesos, es el que utilizan esas predicaciones narrativas bíblicas para la subida de Egipto a la tierra.    

El profeta anuncia la reconstrucción nacional, el retorno a la vida en la patria que había troncado Nabucodonosor con la deportación de los más granado de Judá, luego de la destrucción de Jerusalén y su templo en 586 a.C. El profeta Ezequiel es parte de la flor y nata judía exiliada en Babilonia, lo más selecto de la patria estaba deportado.

Junto a los ríos de Babilonia,
nos sentábamos a llorar,
acordándonos de Sión,
En los sauces de las orillas
teníamos colgadas nuestras cítaras.
Allí nuestros carceleros nos pedían cantos,
y nuestros opresores, alegría:
«¡Canten para nosotros un canto de Sión!».
¿Cómo podíamos cantar un canto del Señor
en tierra extranjera?
Si me olvidara de ti, Jerusalén,
que se paralice mi mano derecha;
que la lengua se me pegue al paladar
si no me acordara de ti,
si no pusiera a Jerusalén
por encima de todas mis alegrías.
(Salmo 137,1-6)

La opinión de muchos biblistas es que estos deportados vivían muy bien en Babilonia, notemos que se trataba de los cerebros judíos de la época, y por eso se hace tan difícil una predicación sobre el retorno a la tierra. Algo parecido nos pasa hoy p.e. en Argentina la mayoría de sus habitantes son católicos bautizados pero en un porcentaje altísimo se encuentran cómodos como "católicos exiliados" de la Iglesia y hay entre ellos gente brillante, con grandes talentos, como los deportados judíos en Babilonia.

El relato de Ezequiel se puede tomar también como un anuncio sobre la resurrección de Israel, ya que este pueblo pudo haber desaparecido para siempre asimilándose a los babilonios en forma definitiva. Solo Dios puede transformar esos "huesos secos" en un ejército de vivientes. Y también se ha tomado este relato como un anuncio de la resurrección final de los muertos. Así lo muestra una representación pictórica encontrada en una sinagoga judeocristiana de Dura Europos, en Siria, correspondiente al siglo III d.C.

Los huesos secos evocan el polvo y el viento que sopla, es el mismo que sopla Dios sobre el hombre para convertirse en un ser viviente (Gn 2,7). Se trata, entonces de una "nueva creación" para esos huesos secos, un resurgimiento, un despertar, un avivamiento, una resurrección.


Prof. Mauricio Shara 


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1 comentario:

  1. Anónimo7/15/2015

    Este pasaje de Esequiel, siempre me anuncio lo que sera nuestra resurreccion, cuando nos
    revistamos de un "Cuerpo glorioso"...!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    ETELVINA

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