Y le fue dado un rollo del profeta Isaías, y tras abrir el rollo, encontró el lugar donde había sido escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí... (Lucas 4,17-18a traducido del texto griego Nestlé-Aland). BLOG DEDICADO AL ESTUDIO Y A LA INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA.

domingo, 31 de mayo de 2015

Gema bíblica[1]: La bendición sacerdotal en clave trinitaria - Números 6,24-26


Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y muestre su gracia. Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz.


En unas excavaciones realizadas en 1986 por Ketef Hinnom, cerca de Jerusalén, se hallaron dos amuletos del plata de fines del siglo VII o principios del siglo VI a.C. en los que se leen unas fórmulas de bendición muy similares a las de Nm 6,24-26, por lo que se piensa en que la bendición sacerdotal es muy antigua y no se limitaba al culto sino que tenía también un valor personal. Por eso, resulta interesante que san Francisco de Asís la usara para bendecir a su hermano León.

Aunque aquí, obviamente, no habla de la Santísima Trinidad, sin embargo podemos aplicar perfectamente esta fórmula a Dios Uno y Trino.

Bendecir y guardar, proteger es una operación propia de los patriarcas, de los padres, tenemos ejemplos de estos en los ciclos de los patriarcas en el Pentateuco. Porque somos imagen y semejanza de Dios, encontramos en la paternidad actividades que reflejan la bendición y protección de Dios Padre. "Que el Señor te bendiga y te proteja".

El rostro, en hebreo panim es plural porque describe una complejidad de elementos como los ojos, los labios, la frente, etc. que expresan, que comunican. Por eso, el rostro es signo de presencia y acá dice que "Dios haga resplandecer su rostro sobre ti", es decir, que se revele, que se muestre. Y quien nos ha revelado el rostro de Dios es Jesucristo, el Hijo de Dios, el Revelador, y por medio de Él, de su presencia, hemos recibido la gracia, el favor, el afecto de parte de Dios.

La persona que vuelve la cara a otra parte está manifestando indiferencia o rechazo, pero dirigir el rostro hacia alguien fijamente y con ternura expresa una simpatía con el otro. "Dios vuelve su rostro hacia ti". El Espíritu Santo es don, donación, y es quien impulsó al Hijo a ofrecerse al Padre como dice Hebreos 9,14a: "cuánto más la sangre de Cristo, que por obra del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios". Porque, "el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado" (Romanos 5,5).

La bendición sacerdotal termina solicitando la paz, el "Veni Creator Spiritus" pide en sus estrofas al Espíritu Santo: "danos la paz pronto". "Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz".

Benedicto XVI, el 1° de enero de 2006, en la Misa por la Jornada Mundial de la Paz, decía: "Aquí se trata de la bendición que los sacerdotes solían invocar sobre el pueblo al final de las grandes fiestas litúrgicas, especialmente en la fiesta del año nuevo. Es un texto de contenido muy denso, marcado por el nombre del Señor que viene, repetido al inicio de cada versículo. Este texto no se limita a una simple enunciación de principio, sino que tiende a realizar lo que afirma. En efecto, como es sabido, en el pensamiento semítico la bendición del Señor produce, por su propia fuerza, bienestar y salvación, como la maldición procura desgracia y ruina. La eficacia de la bendición se concreta, después, más específicamente: el Señor te proteja, te conceda su favor y te dé la paz; es decir, con otras palabras, el Señor nos da la abundancia de la felicidad".

Que la Santísima Trinidad te bendiga, te proteja, como Padre; que haga brillar el rostro sonriente del Hijo de Dios sobre ti y te envuelva con su abrazo de gracia; que vuelva siempre su rostro hacia ti por la acción del Espíritu Santo y te conceda la paz.

  
Prof. Mauricio Shara



[1] Cuando hablamos de "gema bíblica" hablamos de un fragmento bíblico, una frase que no debe ser sacada de contexto pero que una vez contextualizada por el intérprete puede expresar toda la fuerza de la Palabra de Dios. Siguiendo al teólogo Hans Urs von Balthasar: "el todo en un fragmento", se trata de la expresión del todo en una parte. Además, en analogía con el cuerpo humano podemos evidenciar toda la realidad de esta afirmación. Como acontece con la Eucaristía que hasta en un fragmento se contiene sacramentalmente la carne y la sangre de Cristo.

1 comentario:

  1. Anónimo6/08/2015

    La Ssma. Trinidad, el Dios Uno y Trino, las Tres personas, viven unidas en el amor y nos hacen
    vivir a nosotros en ese mismo amor...!!!!!!!!!!!!!!!!
    ETELVINA

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