Y le fue dado un rollo del profeta Isaías, y tras abrir el rollo, encontró el lugar donde había sido escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí... (Lucas 4,17-18a traducido del texto griego Nestlé-Aland). BLOG DEDICADO AL ESTUDIO Y A LA INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA.

sábado, 21 de febrero de 2015

El sentido del sufrimiento en Job: un camino de fe

El Job de Bonnat.
 
La pretensión de este pequeño estudio bíblico es la de aproximarnos a la realidad del mensaje del libro de Job en relación al sufrimiento. Por lo tanto, nuestro universo de contemplación sobre el sufrimiento estará circunscripto a Job y desde allí buscaremos algunas respuestas a nuestra actualidad, tratando de no traicionar la intención de los autores sagrados.
 
El libro de Job ofrece una base para el interés sobre tres grandes temas teológicos: el sentido del sufrimiento, la justicia de Dios y  la relación entre culpa y redención. De ninguna manera podremos siquiera comenzar a esbozar una "teología sobre el sufrimiento", menos aún se trata de una "apología del sufrimiento", sino sólo una aproximación a "El sentido sufrimiento en Job: un camino de fe".
 

Una brevísima introducción a la obra:
 
Job es un libro difícil en el sentido en que se trata de una suerte de "caja de sorpresas" debido a su complejidad, y también probablemente por su escritura en varias etapas.
 
El nombre "Job". La forma castellanizada “Job” sólo reproduce de forma imperfecta la original hebrea 'Iyyob. No sabemos si deriva de una raíz semita hebrea que significa "enemistad" o de otra semita árabe que significa "volverse/arrepentimiento". Pero el nombre "Job" no responde a sus autores sagrados sino que ya está presente en textos egipcios y mesopotámicos del siglo II a.C.
  
El libro de Job presenta varias etapas históricas en su escritura:
1) El cuento primitivo, siglos X-IX a.C. (Prosa - Prólogo caps. 1-2 y Epílogo 42,7-17)
2) Diálogos y monólogos poéticos, I mitad del siglo V a.C. (Monólogos caps. 3 y 29-31; Diálogos caps. 4-27 y la Teofanía 38,1-42,6)
3) Los discursos de Elihú, mediados del siglo V a.C. (Caps. 32-37)
4) El poema sobre la Sabiduría, siglos IV-III (cap. 28)
 
Algunas notas sobre las distintas etapas literarias del libro:
1) El cuento primitivo encuentra paralelos en la literatura mesopotámica p.e. el "Job babilónico", el tema del "justo que sufre" data del 2000 a.C. En el relato de Job se habla de dromedarios y el mismo fue domesticado hacia el 1100 a.C. eso nos acerca a su datación.
2) Un poeta abrió el cuento primitivo en 2 e incluyó los caps. 3 al 31 (menos el 28) hasta la teofanía del 38,1-42,6 para criticar la "teoría de la retribución" o "acción/consecuencia" según la cual el justo no puede sufrir, siendo así Job sería "el justo penitente que se arrepiente por no haber conocido realmente a Dios" (cf. 42,6).
3) Los discursos de Elihú coinciden con la problemática del profeta Malaquías (mitad del siglo V).
4) El poema sobre la Sabiduría corresponde a una etapa más tardía y fue insertada entre los diálogos (4-27) y el monólogo de Job (29-31).
 
Un dato interesante es la diversidad de nombres de Dios en el libro: YHWH, El, Eloah, Elohim, Shadday.
 
Una estructura propuesta:
 
Proponemos una metáfora legal basada en N.C. Habel porque la misma atraviesa toda la obra:
 
A) Denuncia del fiscal (Satán) al Juez (YHWH) sobre Job (1,6-11; 2,1-6)
B) Posibilidades de una defensa legal (caps. 9-10)
C) Objeciones a la denuncia del fiscal (cap. 13)
D) Alegato o pretensiones del acusado, quiere que lo defienda "el Goel" o Dios como salvador (16,18-21; 19; 21-29)
E) Testimonio del acusado (29-30)
E') Declaración de inocencia del acusado (31)
D') Palabras del Juez a través de un relator: Elihú (caps. 32-37)
C') Objeciones del Juez a la presentación del acusado (caps.38-41)
B') El acusado desecha una defensa legal y se arrepiente (de no haber conocido a Dios) (42,1-6).
A') Exculpación del acusado luego de cumplir una tarea comunitaria (42,7-9).   
 
Algunas cuestiones importantes respecto al sentido del sufrimiento en Job:
 
Una crítica a la "teoría de la retribución". La "teoría de la retribución" o "acción-consecuencia" dice que "el justo sólo puede gozar y el malvado sólo puede sufrir" p.e. Salmo 1; Pr 11,3.5.6.8.10.17.18.19.21.23 etc.; 12,2.3.7 etc. Una crítica a esta primitiva teoría sobre el bien y el mal en el AT la encontramos p.e. en Pr 16,1 y en Job: ¡el justo puede sufrir! ¡el justo sufre! ¿cuál es el sentido de su sufrimiento? esa sería la pregunta. "Yo esperaba lo bueno y llegó lo malo, aguardaba la luz y llegó la oscuridad. Me hierven las entrañas incesantemente, me han sobrevenido días de aflicción. Ando ensombrecido y sin consuelo, me alzo en la asamblea y pido auxilio. Me he convertido en hermano de los chacales y en compañero de los avestruces. Mi piel ennegrecida se me cae, mis huesos arden por la fiebre. Mi cítara sólo sirve para el duelo y mi flauta para acompañar a los que lloran" (Job 30,26-31).  
 
¿Paciencia de Job? Si por paciencia se entiende "permanecer firme bajo el peso de la adversidad" y "morar bajo...", "permanecer en lugar de abandonar", entonces sí podemos afirmar que Job fue paciente (cf. Santiago 5,11). Así la llamada "paciencia de Job" es una "resistencia esperanzada en la fuerza de Dios". Job busca tener esperanza y los recursos para ello no están dentro de él: "¿Qué fuerza tengo para poder esperar? ¿Cuál es mi fin para soportar con paciencia? ¿Tengo acaso la resistencia de las piedras o es de bronce mi carne? No, no encuentro ninguna ayuda dentro de mí mismo y se me han agotado los recursos" (Job 6,11-13); Job sabe que esos recursos están en Dios y se lamenta por su alejamiento: "–Un hombre, una vez muerto, ¿podrá revivir?–. Entonces yo esperaría, todos los días de mi servicio, hasta que llegue mi relevo: tú llamarías, y yo te respondería, ansiarías ver la obra de tus manos. Porque entonces no contarías mis pasos ni observarías mi pecado; mi delito estaría bajo sello en una bolsa y cubrirías mi culpa con un enduido". (14,14-17).
 
El deseo de morir o el hastío de la vida. Job 3 se inspira en Jeremías 20,14-18: ¡Maldito el día en que nací! ¡El día en que mi madre me dio a luz jamás sea bendecido! ¡Maldito el hombre que dio a mi padre la noticia: «Te ha nacido un hijo varón», llenándolo de alegría! Que ese día sea como las ciudades que el Señor destruyó sin arrepentirse, que oiga gritos por la mañana y un alarido al tiempo de mediodía, porque no me hizo morir desde el seno materno: ¡así mi madre hubiera sido mi tumba y su gravidez hubiera durado para siempre! ¿Por qué salí del vientre materno para no ver más que pena y aflicción, y acabar mis días avergonzado?. Luego aparece también en 7,15-21: ¡Más me valdría ser estrangulado, prefiero la muerte a estos huesos despreciables! Yo no viviré eternamente: déjame solo, porque mis días son un soplo. ¿Qué es el hombre para que lo tengas tan en cuenta y fijes en él tu atención, visitándolo cada mañana y examinándolo a cada instante? ¿Cuándo dejarás de mirarme? ¿No me darás tregua ni para tragar saliva? Si pequé, ¿qué daño te hice, a ti, guardián de los hombres? ¿Por qué me has tomado como blanco y me he convertido en una carga para ti? ¿Por qué no perdonas mis ofensas y pasas por alto mis culpas? ¡Mira que muy pronto me acostaré en el polvo, me buscarás, y ya no existiré!; 10,18-22; 17,1 pero Job jamás piensa en el suicidio, ni un sólo instante, esta certeza en la fe que tiene Job permanece aún en la grave crisis existencial que manifiesta en 6,8-10: Sólo Dios tiene derecho a quitarle su vida.
 
Las quejas de Job contra Dios. Job es muy quejoso. Hay, básicamente dos tipos de quejas en Job: 1) Quejas "él" o quejas contra Dios ante terceros: 6,4; cap. 9; 13,7-19; 16,7-17; 19,6-12; 23,1-17; 24,1; 27,2-6. 2) Quejas "tú" o quejas directas contra Dios: 7,7-21; 9,27-31; 10,1-22; 13,20-14,22; 17,4-6; 30,20-23. Esto nos recuerda que en la vida humana puede haber queja, aún en la vida del creyente puede haber queja. Job sabe que sus quejas están bien dirigidas, no son "quejas al aire" y sin sentido, son quejas a Dios porque según esta teología sobre el bien y el mal, es Dios quien produce ambas cosas: y exclamó: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allí. El Señor me lo dio y el Señor me lo quitó: ¡bendito sea el nombre del Señor!» (Job 1,21). En este estadio en la escritura del AT todavía no se ha personificado el mal en una persona, como ocurrirá después en el NT, hasta aquí el causante del bien y el mal es Dios mismo. Por lo tanto, la figura del "Satán" en Job no es la del "diablo" (esa es una lectura anacrónica), sino la de un integrante de la "corte celestial" que funciona como un fiscal. Recordemos que estamos ante una crítica a la "teoría de la retribución".      
 
La esperanza de Job. A pesar de sus sufrimientos Job tiene esperanza: ¡Ah, si tú me ocultaras en el Abismo, si me escondieras hasta que pase tu enojo y me fijaras un plazo para acordarte de mí! –Un hombre, una vez muerto, ¿podrá revivir?–. Entonces yo esperaría, todos los días de mi servicio, hasta que llegue mi relevo: tú llamarías, y yo te respondería, ansiarías ver la obra de tus manos. Porque entonces no contarías mis pasos ni observarías mi pecado; mi delito estaría bajo sello en una bolsa y cubrirías mi culpa con un enduido (14,13-17). Luego, afirma "Dios es mi testigo" 16,19; Dios es mi fiador 17,3; "Eloah es su Redentor" 19,25. Job sabe que su salvador es Dios, que sólo Él lo es: ¡Tierra, no cubras mi sangre, que no haya un lugar de descanso para mi clamor! Aún ahora, mi testigo está en el cielo y mi garante, en las alturas. Mis amigos se burlan de mí, mientras mis ojos derraman lágrimas ante Dios. ¡Que él sea árbitro entre un hombre y Dios, como entre un hombre y su prójimo! Porque mis años están contados y voy a emprender el camino sin retorno (16,18-22).
 
Conclusión:
 
El sentido del sufrimiento en Job: un camino de fe. Finalmente, podemos contemplar algunas etapas importantes en la dolorosa peregrinación de Job:
·         El planteo inicial es que alguien debe cambiar ¿Job o Dios? no hay lugar para matices debido a lo cerrada que es la "teoría de la retribución" o "acción/consecuencia". Es una premisa que se hace conclusión per se, es decir, de manera autoritaria e irreal. Así, la "teoría de la retribución" se cae a la condición de "ideologismo religioso": el "ideologismo de la retribución". Por eso sus amigos le insisten a Job que se "convierta", y buscan obstinadamente la causa de sus males: "¡algo habrá hecho para merecer sus sufrimientos!", ése es el planteo miserable. Hasta su mujer decide no acompañarlo: Su mujer le dijo: «¿Todavía vas a mantenerte firme en tu integridad? Maldice a Dios y muere de una vez». Pero él le respondió: «Hablas como una mujer insensata. Si aceptamos de Dios lo bueno, ¿no aceptaremos también lo malo?». En todo esto, Job no pecó con sus labios (Job 2,9-10). La contestación de Job a su mujer también remite al estadio respecto a la "teología sobre el bien y mal": Si aceptamos de Dios lo bueno, ¿no aceptaremos también lo malo?
·         Luego, Job se aleja de la búsqueda miserable de un culpable y se obsesiona con el fatalismo humanos y se angustia, sufre depresión por la lejanía de Dios (14,13-17). Pero es, paradojalmente, en esa angustia y depresión cuando comenzará a crecer su "resistencia esperanzada en la fuerza de Dios". La respuesta a los problemas de Job han de venir de un encuentro con el Dios vivo, pero hay demasiados obstáculos para poder verlo: la desgracia familiar, el abandono de su esposa, las mentiras de sus visitantes, sus tortuosas imaginaciones, la angustia de su espíritu.
·         A pesar de todo este achicamiento espiritual y todo este peso, que es como cargar un yunque en la espalda, Job sigue adelante, sin darse cuenta, hacia lo que será una nueva integridad en su ser. En la dura resistencia el tiempo se va volviendo un elemento a favor, eso le permite sopesar mejor el alcance de su vida dramática e ir desenmascarando una tras otra sus ilusiones, los ilusionismos que provienen del ideologismo de la retribución. Es la batalla interior donde podrá ir vislumbrando caminos posibles y callejones sin salida. Es también notorio que Job no dispone de una "serenidad interior", por eso se queja continuamente contra Dios. Job es una cruda imagen del sufrimiento humano sin pruritos espiritualistas o "moralinos". Entonces, la fidelidad a Dios toma una forma de doloroso desafío.
·         Job hace un recuerdo de su amistad con Dios, de su felicidad, y a pesar de su actualidad sufriente sigue sellado de esa felicidad que ha conocido (cap.29). El "silencio de Dios" tan lamentado, al final, termina siendo un motor para su esperanza, un espacio vital en el cual Job puede decidir la huida o la búsqueda, en libertad. En esa temida y denostada libertad del "silencio de Dios" para algunos o para muchos, crece la esperanza, es como un "gran sábado santo" en la Iglesia, es también como nuestro mundo actual con su "Dios muerto y silente".
·         Pero nuestro Job se va acercando a Dios sin darse cuenta, y entonces Dios sale al encuentro de su servidor y se sitúa delante de él como un compañero al cual confrontará con la verdad, la realidad de todo, la vida del Dios vivo. Ahora Job deberá desprenderse de su propia sabiduría, renunciando al orgullo secreto, ese que sólo él y Dios conocen. Y así... perdiéndose, se encuentra con él mismo.
 
Job, el hombre o la mujer detrás de Job, nuestro Job, yo Job, tú Job, nosotros Job, puede descubrir una de las mayores paradojas de la salvación personal y universal: que la herida producida en el mundo por el silencio de Dios es un camino de fe hacia el Dios de la salvación.
 
Prof. Mauricio Shara   
 
Bibliografía:
 
·         Roland Murphy, Job en Comentario Bíblico Internacional, Navarra, Verbo Divino, 2005.
·         Juan Bautista Lobato Fernández, Job en Comentario Casa de la Biblia, Casa de la Biblia y otros, 1995.
·         Eduardo Arens, Job en Comentario Bíblico Latinoamericano NT, Navarra, Verbo Divino, 2007.
·         Jean Lévêque, Job. El libro y el mensaje. CB 53, Estella, Verbo Divino, 1987.
·         Julio Trebolle; Susana Potecher, Job, Madrid, Trotta, 2012.
·         Víctor Morla Asencio, Job. Comentarios a la Nueva Biblia Jerusalén, Bilbao, Desclée de Brouwer, 2007.
·         Víctor Morla Asencio, Libros sapienciales y otros escritos, Estella, Verbo Divino, 1994.

2 comentarios:

  1. ¡Maravilloso,Gracias por iluminarnos y mostrarnos tan bien a Job y
    a travez de el a nosotros mismos.Bendiciones!

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  2. Anónimo3/03/2015

    Gracias Mauricio por estas ensenianzas.! Job, a pesar de tantas calamidades como las
    que sufrio, nunca se aparto del camino de la fe...!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Aprendamos a hacer lo mismo y transitaremos un camino victorioso.!!!
    ETELVINA

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