Y le fue dado un rollo del profeta Isaías, y tras abrir el rollo, encontró el lugar donde había sido escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí... (Lucas 4,17-18a traducido del texto griego Nestlé-Aland). BLOG DEDICADO AL ESTUDIO Y A LA INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA.

martes, 17 de junio de 2014

"¡Venir a Él, creer en Él, comer de Él y vivir por Él!". Estudio bíblico según método exegético científico sobre Juan 6,51-58. Aporte para la Misa de la Solemnidad de Corpus Christi (A)

 
 
51 Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo». 52 Los judíos discutían entre sí, diciendo: «¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?». 53 Jesús les respondió: «Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. 55 Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. 57 Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí. 58 Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente». (Juan 6,51-58 en versión argentina).
 
 


1. Introducción
 
 
A la perícopa de 6,52-58 se le añade parte de la perícopa anterior (v.51) para conformar la sección litúrgica (6,51-58). Respecto al v. 51: Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo». Notamos que retoma el verbo "comer", (come, en gr. fage) desde el v.31 y que reemplaza a "creer" de vv.35.36.47 y se completa una tríada vital: "venir, creer, comer" que concluye en la vida eterna.
  
La carne es expresión de toda la vida humana para los judíos, no hay en ello un dualismo gnóstico como sugieren algunos separando la "carne" del "espíritu" y desintegrando al ser humano. Cuando Jesús ofrece su "carne" se ofrece todo al mundo en una formulación eucarística: el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo. 
 
 
 
2. Delimitación:
 
 
En primer lugar es necesario encontrar la delimitación del texto (Jn 6, 30-59). Para ello veamos que a partir del vers. 30 el mismo texto nos muestra a la gente pidiéndole una señal (semeion) a Jesús y evocan la entrega del maná en el desierto, siendo que, curiosamente, ya antes han visto un signo magnífico con la multiplicación de los panes (6,1-15). Por tanto, aquí nos encontramos con un texto distinto al anterior (6,22-29) que anticipa el discurso u homilía del Pan de vida (6,32-59). El final del texto ofrece un cierre que,[1] además, nos indica algo habitual en Juan y es que Jesús sólo enseña en lugares sagrados, en este caso en la sinagoga, en Cafarnaún (6,59).
  
Asimismo, y tal cual recién mencionamos el contenido del texto refiere, sustancialmente, a que Jesús es el Pan de Vida[2] y no a un signo obrado por él. Además, en el texto aparece la expresión "judíos" como personajes negativos (vv. 31 y 52) que antes y después del texto (30-59) no existe. Más algunas repeticiones de palabras importantes que "refuerzan la hipótesis de la unidad":[3] "pan" (21x), "vida/vivir" (14x).
  
Ahora, nos queda la delimitación de la perícopa (6,52-58). Sabemos que dentro de un texto pueden haber varias unidades que lo forman y que son unidades redondeadas.[4] No nos detendremos en cada perícopa del texto sino que simplemente intentaremos descubrir la delimitación de la nuestra (6,52-58). Existen pequeñas variaciones en las propuestas de distintos estudiosos, p.e. Schnackenburg propone la perícopa delimitada en 6,52-59, es decir, que simplemente incluye en la misma la conclusión del v.59.[5] Dodd entiende que la 3ra. parte del discurso empieza en el v.51 y que el v.59 es la conclusión a todo el discurso.[6] Antes de seguir mencionando autores, y para evitar que la lectura del trabajo se haga ardua, preferimos ir directamente a la opción de L.H. Rivas por ser la que pensamos mejor esquematiza el discurso en cuatro partes: vv.32-33; vv.34-40; vv.41-51 y vv.52-58 tomando como criterio las respectivas palabras claves: "les dio"; "pan"; "del cielo"; "para comer".[7] Luego, está claro que la perícopa tiene como tesis fundamental que es necesario comer la carne y beber la sangre de Jesús, como verdadero maná que da la vida eterna.
 
 
3. Estructura de la perícopa (6,52-58)
 
 
 
Primero, observaremos en el texto los grandes motivos que encontramos:
 
v.52 Los judíos (interlocutores) se preguntan: "¿...su carne para comer?"[8]
 
v.53-58 Jesús desarrolla la cuestión planteada en el v.52 "para comer"[9]
 
 
 
Luego, y a partir de esta estructura de sentido global, observamos el contenido de los vv.53-58 a fin de encontrar motivos más detallados:[10]
 
 
 v.53 Fórmula introductoria típica de Jesús (amén, amén) y motivación negativa
 v.54 Declaración con motivación positiva
 v.55 Razón por la cual comer la carne y beber la sangre de Jesús
 v.56 Explicación sobre Permanencia con Jesús
 v.57 Comparación: a) Jesús vive por el Padre y b) El que come a Jesús vivirá por él
 v.58 Nueva comparación: El maná no da la vida pero el pan bajado del cielo da la vida eterna.
 
 
 
Finalmente, ordenamos y codificamos la estructura descubierta:
 
A) Cuestionamiento de los judíos v.52
 
B) Jesús responde introduciendo con una fórmula típica en Juan (amén, amén), vv.53-58:
 
a) Declaración con motivación negativa v.53
 
a') Declaración con motivación positiva v.54
 
b) Razón: resurrección v.55
 
b') Razón: mutua permanencia v.56
 
c) Comparación: el Padre y Jesús comunican la vida v.57
 
c') Comparación: el maná (no comunica la vida) y el pan bajado del cielo (comunica la vida) v.58   
 
 
 
Por tanto, según esta propuesta, los vv.53-58 serían una alternancia con tres series de dos miembros cada una que tiene un desarrollo creciente. Aunque no se descarta un diagrama de tipo concéntrico, cuyo corazón estaría en los vv.54-55 considerando un clímax eucarístico. 
 
 
4. Género literario
 
 
Resulta interesante tomar primero un comentario general que hace Philip Shuler a los Géneros literarios de los Evangelios:
 
Aunque los Evangelios neo testamentarios tienen el aspecto de una “vida” de Jesús y contienen tradiciones a partir de la cuales el interprete puede obtener información biográfica significativa sobre Jesús, los intentos de reconstruir la biografía de Jesús no llegan a proporcionar un relato definitivo que refleje igualmente las diversas tradiciones que se encuentran en esos evangelios disponibles para la investigación. En otras palabras, los Evangelios canónicos no son, estrictamente hablando, biografías o historias en el sentido en que estos términos se entienden comúnmente.[11]
  
Ahora bien, la perícopa forma parte del discurso u homilía del texto de Jn 6, 30-59. No se encuentra un autor, entre los estudiados, que proponga otro género diferente al texto. Teresa Okure solamente pone el acento en el diálogo: "la enseñanza está dispuesta en forma de diálogo",[12] o "invitación dialógica".[13] Raymond Brown llama al texto "discurso sobre el pan de vida".[14] Y está claro que es un discurso u homilía, pero podemos agregar que Jesús hace una declaración (eucarística) dentro de su largo discurso.
 
 
5. Expresiones claves de la perícopa
 
 
Discutían del v. 52: "sugiere una discusión violenta".[15] La reacción que provoca la posibilidad de comer carne humana y el modo en que lo haría Jesús mueve a la interrogante: "Cómo puede..." estando vivo.[16]
 
Amén, Amén del v. 53: Se trata de una fórmula que anticipa una solemne definición, en el Evangelio de Juan es siempre repetido, Amén, Amén. Según Joachim Jeremias la duplicación nace la usanza litúrgica judía; atestiguada en AT, Qumrán, Pseudo Filón, Talmud, oraciones, inscripciones y textos mágicos.[17] A esta fórmula le sigue la declaración del v. 53: comer la carne y beber la sangre del Hijo del hombre.
 
Hijo del hombre del v.53: Es la única vez en la perícopa en que Jesús habla de sí mismo en 3ra. persona. "El Hijo del hombre joánico es el Hijo de Dios; descendió del cielo y ascendió de nuevo al cielo (3,13; 6,62; etc.). Está en íntima unión con Dios, que 'habita en él'."[18] Precisamente, el alimento que será dado es la carne y la sangre del Hijo del hombre.
 
Comer la carne y beber la sangre: Pudo resultar horroroso escuchar esto, además de la cuestión de la repugnancia por la antropofagia, por los castigos involucrados por hacerlo (Lv 26,29; Dt 28,53-57; Jer 19,9; Ez 5,10, etc.). Más repugnante sonaba a los oyentes de la homilía el "beber la sangre", ya que estaba reiteradamente prohibido en el AT (Gn 9,4; Dt 12, 16-23; Lv 3,17; 7,26-27; 17, 10-14; 19, 26) con sentencia de muerte para quien la violara (Lv 7,27; 17,14).[19]
 
Comer: Hasta el v.53 el verbo era "éfagon" pero en los vv.54.56.57.58 será "trogon".[20] En el v.58 dice "éfagon" para referirse a los padres que comieron el maná y murieron.
 
En el griego corriente se usaba este verbo (trógein) aplicándolo principalmente a los animales, pero al menos desde tiempo de Herodoto se aplicaba también a las personas. Tiene un matiz de cierta crudeza (cf. Mt 24,38), que a veces se intenta reflejar en las traducciones. Algunos investigadores lo niegan, afirmando que Juan lo utiliza simplemente como presente de esthiein, el verbo que normalmente se usa para expresar la acción de «comer». Sin embargo, en este caso se trata verosímilmente de acentuar el realismo de la carne y la sangre de la Eucaristía. Fuera de esta sección sólo aparece, por lo que a Juan se refiere, en 13,18, donde, en el contexto de la última cena, se introduce deliberadamente en una cita del AT, probablemente con el valor de un recuerdo eucarístico.[21]
 
Verdadero en el v.55: "Alethés" significa "verdadero", "verírico". También puede ser "genuino", "auténtico", "real".[22]
 
Permanecer en el v.56: "Menein" es uno de los vocablo más utilizados por Juan. La permanencia es una nota característica de lo divino cuando se lo compara con la transitoriedad de las cosas terrenales.[23] A este vocablo se agrega luego el "vivir en" del v.57 porque se cree que este material formaba parte de las antiguas tradiciones joánicas sobre la Cena.[24]  "Lo que Jesús pretende es más bien insistir en el valor genuino de su carne y de su sangre como comida y bebida".[25] 
 
 
6. ¿La perícopa es una inserción posterior o forma parte de la unidad original del texto?
 
 
El argumento principal a favor de una inserción posterior entiende a la eucaristía como una "corrección al texto" para adecuarlo a la ortodoxia naciente, es la tesis de Bultmann.[26] Según entienden algunos a la eucaristía como un medio efectivo para alcanzar fuerzas celestiales, contradiciendo al evangelista, para quien la salvación se logra mediante la fe.[27] Así, consideran que "comer y beber" no se trata de actos fisiológicos sino espirituales y envían al lector a leer el v.63 que dice: "el espíritu es lo que vivifica, la carne no aprovecha nada".
  
Sobre esto hay que decir que este argumento es deficiente ya que, como opina Perkins, aunque se tratara de una inserción posterior igualmente no rompe la unidad del discurso del Pan de vida ni estorba su desarrollo,[28] sino que más bien introduce al lector en un plano más profundo de entendimiento acerca de la persona de Jesús, llegando a la eucaristía como culminación de todo el discurso.[29] Por otro lado, el Evangelio joánico comienza diciendo que el "Logos se hizo carne" en el prólogo y además en el v.63 se entiende la "carne" como la pura capacidad humana sin ayuda divina.[30]    
  
Además, como ya dijimos: el contenido del texto refiere, sustancialmente, a que Jesús es el Pan de Vida y no a un signo obrado por él, además en el texto aparece la expresión "judíos" como personajes  negativos (vv. 31 y 52) que antes y después del texto (30-59) no existe. Más algunas repeticiones de palabras importantes que "refuerzan la hipótesis de la unidad":[31] "pan" (21x), "vida/vivir" (14x).
 
 
7. Principales tradiciones relacionadas con la perícopa
 
 
Intentaremos seguir los consejos de René Krüger en relación a "reconocer que los textos neotestamentarios no se produjeron en un vacío" (...) y tratar de "identificar conceptos, motivos y tradiciones"[32] provenientes del AT, de diversas tradiciones judías o del helenismo.
  
Acá, primeramente, debemos decir que "Juan, aunque no cuente la institución de la eucaristía, no la silencia por completo; se puede reconocer en él una dependencia de la tradición que transmitía la Cena del Señor".[33] Resulta muy artificioso el intento de aislar al autor sagrado de toda influencia eucarística ya que era una tradición fundamental, al punto que ya la había mencionado san Pablo en 1 Co 11, 23-26, siendo que no es un tema central en la predicación paulina. Porque la eucaristía que se celebra en el seno de la comunidad primitiva, no es un acontecer separado de la vida comunitaria sino que acontece siempre vinculado a la salvación, como también es el bautismo.[34] 
  
Luego, "el pan bajado del cielo" hace referencia al inicio de la homilía en que la gente le pide una señal a Jesús citando el Salmo 78,24 reestructurado por el evangelista: "pan desde el cielo dio para ellos para comer".[35] Respecto a esto, en la tradición rabínica posterior la renovación del don del maná era una expectación escatológica judía, un midrash sobre el nuevo maná, pudiendo ser que la gente le pide esto como señal y Jesús se encarga de aclarar cuál es el verdadero "pan del cielo" que no se corrompe. Otra línea rabínica posterior señala que se asocia a la Torá con el maná, "pan de la Torá", pudiendo ser que el argumento fuese que el maná no es verdadero pan y el "pan de la Torá" no es vida eterna, sino que esto es don de Dios dado por Cristo.[36]
 
"Cristo ofrece su carne como alimento de eternidad, que al mismo tiempo es carne de la víctima que se ofrece como sacrificio por los pecados y rebeldías de todos los hombres. El maná descendía del cielo y se diluía o se corrompía, pero Cristo permanece para siempre e introduce a los hombres en la participación de la intimidad de la vida divina, para que el hombre también pueda gozar de una permanencia para siempre.  El verdadero maná nos ofrece los bienes imperecederos, y al mismo tiempo otorga a los hombres un espacio de unión indestruc­tible. La participación de la eucaristía, comida de la carne del Hijo del hombre, es el comienzo de la escatología, que llegará a su plenitud cuando veamos a Dios tal como es (1Jn 3,2), es comu­nión con el Cristo glorioso y con todos los hombres que están unidos con El. Esta comunión realiza plenamente lo que la antigua Alianza solamente hacía vislumbrar. El nuevo maná se presenta como la Sabiduría de Dios, la Palabra de Dios que recorre todo el universo y lo llena todo. Participar de su banquete es vislumbrar también una misteriosa comunión con toda la creación renovada por la obra redentora. A todos los hombres que peregrinan penosamente en busca de una patria perdurable, que quieren sanar las heridas dejadas por el pecado, que tratan de alcanzar una unión estable con los demás hombres, la Iglesia les ofrece lo que ha recibido de Cristo: "Tomen y coman".[37]
 
 
8. Conclusión
 
 
Ahora, tratamos de seguir el sabio consejo de Josef Schreiner: "Toda interpretación bíblica tiene que abarcar dos elementos que, considerados en sí mismos, no pueden separarse por completo: la constatación de 'lo que dice ahí', y la comprensión de lo que se ha constatado que dice".[38]  Es decir, la exégesis científica y la interpretación teológica. Luego de haber visto las principales connotaciones exegéticas de la perícopa debemos recordar que respecto a la interpretación teológica de la misma es importante realizar un breve relevamiento de opiniones.
  
Solamente unos pocos padres hacen una interpretación alegórica de la perícopa: Clemente de Alejandría y pareciera que Orígenes. Curiosamente, un antioqueno: Teodoro de Heraclea.
  
Así, la mayor parte de las interpretaciones de la perícopa son eucarísticas:[39] Los alejandrinos Amonio y Cirilo.[40] En Palestina, ya Ignacio de Antioquía y Justino. Cirilo de Jerusalén,[41] las homilías de Juan Crisóstomo[42] y el comentario de Teodoro de Mopsuestia.
  
En la Iglesia latina Ambrosio y Agustín[43] hacen una exposición eucarística de la perícopa. Pero luego entre los reformadores se sintió fuerte el comentario agustiniano de Jn 6,29, Tract. XXV, 12. Lutero aunque entendía la presencia real del Verbo encarnado en la Cena del Señor puso el énfasis en la recepción espiritual de la fe al interpretar Juan 6, Zwinglo se apoya en Jn 6,63, para hacer una interpretación espiritualista del pasaje. Aunque hubo algún católico en Trento que seguía esta línea "espiritual" p.e. Cayetano.
  
En fin, hay algo que transcurre dinámicamente en la tensión teológica joánica entre el Logos encarnado y la fe como requisito único de salvación, por eso no deben ser negados ninguno de estos dos polos de tensión presentes en el Cuarto Evangelio. Así, la eucaristía es para Juan una manera de comunicación y mantenimiento de la vida por el Hijo de Dios, que, después de su muerte y resurrección se brinda sacramentalmente a todos los creyentes en su carne y su sangre por la acción del Espíritu porque sin Él lo material no aprovecha nada (Cf. 6,63).      
 
 
¡Venir a Él, creer en Él, comer de Él y vivir por Él!
 
 
Prof. Mauricio Shara
(Profesor en Teología por la Pontificia UCA)
 
 
Bibliografía:
 
 
Xavier León-Dufour, Lectura del Evangelio de Juan. Vol. II, Salamanca, Sígueme, 1992
 
Luis Heriberto Rivas, El Evangelio de Juan, Buenos Aires, San Benito, 2005
 
Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Navarra, Verbo Divino, 2003
 
Rudolf Schnackenburg, El Evangelio según san Juan. T II, Barcelona, Herder, 1980
 
C.H. Dodd, Interpretación del Cuarto Evangelio, Madrid, Cristiandad
 
José Caba, Cristo. Pan de Vida, Madrid, BAC, 1993
 
Philip L. Shuler en Comentario Bíblico Internacional, Navarra, Verbo Divino, 2005
 
Teresa Okure, Juan, en Comentario Bíblico Internacional.
 
Joachim Jeremias, Teología del Nuevo Testamento. Vol. I, Salamanca, Sígueme, 1973
 
Pheme Perkins, Evangelio de Juan en Comentario Bíblico San Jerónimo, Navarra, Verbo Divino, 2004
 
Krüger; S. Croatto; N. Míguez, Métodos exegéticos, Buenos Aires, ISEDET, 1996
 
J. Schreiner, Introducción a los métodos de la exégesis bíblica, Barcelona, Herder, 1974
 

 



[1] Cf. Xavier León-Dufour, Lectura del Evangelio de Juan. Vol. II, Salamanca, Sígueme, 1992, 103
[2] La homilía comenzará sobre el texto de Salmo 78,24. Cf. Luis Heriberto Rivas, El Evangelio de Juan, Buenos Aires, San Benito, 2005, 234
[3] Ibid.,221
[4] Cf. Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Navarra, Verbo Divino, 2003, 29
[5] Cf. Rudolf Schnackenburg, El Evangelio según san Juan. T II, Barcelona, Herder, 1980, 98-114
[6] C.H. Dodd, Interpretación del Cuarto Evangelio, Madrid, Cristiandad, 339-341
[7] Cf. L.H. Rivas, El Evangelio, 222-234
[8] Ibid.,222
[9] Cf. Ibid.,222
[10] Acá considero y luego me distancio del análisis de José Caba, Cristo. Pan de Vida, Madrid, BAC, 1993, 345-348. 
[11] Philip L. Shuler en Comentario Bíblico Internacional, Navarra, Verbo Divino, 2005, 1137.
[12] Teresa Okure, Juan, en Comentario Bíblico Internacional, 1340.
[13] Ibid., 1327
[14] Raymond Brown, El Evangelio según Juan, Madrid, Cristiandad, 1999, 539
[15] Raymond Brown, El Evangelio, 558
[16] Cf. L.H. Rivas, El Evangelio, 231
[17] Joachim Jeremias, Teología del Nuevo Testamento. Vol. I, Salamanca, Sígueme, 1973, 51
[18] C.H. Dodd, Interpretación, 248.
[19] Cf. L.H. Rivas, o.c., 231.
[20] Cf. Ibid., 232.
[21] Raymond Brown, El Evangelio, 558
[22] C.H. Dodd, o.c., 178
[23] L.H. Rivas, o.c., 233
[24] Cf. Pheme Perkins, Evangelio de Juan en Comentario Bíblico San Jerónimo, Navarra, Verbo Divino, 2004, 554
[25] Raymond Brown, o.c., 559
[26] Cf. Pheme Perkins, Evangelio de Juan, 554
[27] Cf. R. Schnackenburg, El Evangelio según san Juan. T II, 99
[28] Cf. Pheme Perkins, o.c., 554
[29] L.H. Rivas, o.c., 221
[30] Ibid., 236
[31] Ibid.,221
[32] R. Krüger; S. Croatto; N. Míguez, Métodos exegéticos, Buenos Aires, ISEDET, 1996, 212
[33] José Caba, Cristo, 465
[34] Cf. R. Schnackenburg, o.c., 112
[35] L.H. Rivas, o.c.,220
[36] Cf. C.H. Dodd, o.c., 336-337
[37] Luis H. Rivas, Las tradiciones del maná y el cap. VI del Evangelio de Juan, 1984.
[38] J. Schreiner, Introducción a los métodos de la exégesis bíblica, Barcelona, Herder, 1974, 111
[39] Seguimos a R. Schnackenburg, o.c., 109-111
[40] Comentario a san Juan, L, IV, c.2
[41] Catequesis IV mistagógica
[42] Homilías sobre san JuanXLVI
[43] Comentarios al Evangelio de Juan; XXVI, 10-20

3 comentarios:

  1. Anónimo6/19/2014

    Profundo estudio sobre la Institucion de la Eucaristia.! En mi caso, como suele ocurrir, cuan-
    do todo me era facil, comulgaba casi a diario y me parecia lo mas natural. Hoy que se me ha-
    ce dificultoso, valoro mucho mas cada Comunion.
    Te alabo y te bendigo Hostia Santa Inmaculada, Pan de Vida...!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    ETELVINA

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  2. Anónimo6/22/2014

    FIESTA DEL COMPARTIR

    No te pierdas la fiesta
    fiesta del amor, del compartir
    de Jesus en la Eucaristia
    en cuerpo y sangre recibir.

    La fiesta se celebra
    en la mesa del altar
    compartiendo el pan
    que por manos del sacerdote
    se parte, reparte y comparte
    mostrando El, su manera de amar.

    En la Comunion encontraras
    el secreto de nueva vida
    te perdona, sana, restania tus heridas,
    para siempre alli,te entregaras
    Cristo sera, alimento, fortaleza, paz.

    Recibelo con frecuencia
    no te pierdas la fiesta del compartir
    alojalo en el sagrario de tu alma
    para en plenitud, poder vivir.!


    Ma. ETELVINA GIMENEZ

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