Y le fue dado un rollo del profeta Isaías, y tras abrir el rollo, encontró el lugar donde había sido escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí... (Lucas 4,17-18a traducido del texto griego Nestlé-Aland). BLOG DEDICADO AL ESTUDIO Y A LA INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA.

martes, 9 de junio de 2015

Gema bíblica - Marcos 8,14: Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían más que un pan en la barca


 Este precioso versículo del Evangelio marcano se encuentra en el contexto de la segunda multiplicación de los panes (8,1-9), la solicitud de una señal por parte de los fariseos (8,11-13), el pan en la barca y la incomprensión de los discípulos (8,14-21), la curación del ciego de Betsaida (8,22-26), la confesión de Pedro (8,27-33) y el llamado de Jesús al seguimiento de la cruz (8, 34-38). Es decir, todo el capítulo 8.

 
Luego de leer todo el capítulo, siguiendo la división temática propuesta volvemos a leer el fragmento de los vv. 14-21: Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían más que un pan en la barca. Jesús les hacía esta recomendación: «Estén atentos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes». Ellos discutían entre sí, porque no habían traído pan. Jesús se dio cuenta y les dijo: «¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan? ¿Todavía no comprenden ni entienden? Ustedes tienen la mente enceguecida. Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen. ¿No recuerdan cuántas canastas llenas de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil personas?». Ellos le respondieron: «Doce». «Y cuando repartí siete panes entre cuatro mil personas, ¿cuántas canastas llenas de trozos recogieron?». Ellos le respondieron: «Siete». Entonces Jesús les dijo: «¿Todavía no comprenden?».

Si realizáramos una interpretación sólo existencialista de este pasaje deberíamos concentrarnos en las vicisitudes, carencias y problemática de los discípulos de Jesús, es decir, los “existencismos” del flujo vital de la situación que nos plantea Marcos, la cuestión propiamente humana de los discípulos que se encuentran con un Jesús que los provoca a ir por más de lo puramente existencial, pero que no logra hacerlos comprender sobre quién es Él sólo desde las vivencias compartidas. Por tanto no lograríamos comprender perfectamente el capítulo 8 sólo desde una visión existencial.

Podríamos reducir al máximo nuestro universo bíblico y quedarnos sólo con el v. 14: Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían más que un pan en la barca y aún así tendríamos lo existencial, la vivencia humana (todo el v. 14) y también lo esencial, lo necesario: no tenían más que un pan en la barca. Porque lo esencial participa de lo existencial, lo trasciende, aunque al igual que los discípulos en el Evangelio de Marcos no lo veamos.

Así, hoy podríamos reunirnos para hablar de todos nuestros flujos vivenciales: afectos, economía, salud, trabajo, armonía interior, etc. Y podríamos hacerlo en un marco religioso. Y podríamos participar de la multiplicación eucarística (vv. 1-9) como cierre maravillosos de nuestro encuentro. Pero aún así podríamos no reconocer lo esencial, lo necesario. Entonces ¿pediremos a Dios una señal? algo espectacular, emocionante, tentando al Todopoderoso con nuestro pensamiento mágico (vv. 10-13). Y seguiremos discutiendo entre nosotros sobre nuestras carencias, quejándonos cotidianamente por nuestra existencia (vv. 14-21). ¿Seremos como el ciego de Betsaida? ¡Ojalá! Así tendremos un paso progresivo hacia reconocer lo esencial, lo necesario, hasta recibir la plenitud de la visión que trasciende nuestra existencia (vv. 22-26). ¿Confesaremos que Jesús es nuestro Salvador personal? pero pasaremos la vida repitiendo y aplicando, sin entender, versículos bíblicos de memoria como un dvd o un mp3 en relación a todas nuestras necesidades existenciales. Un Mesías de acuerdo a nuestros propios flujos vivenciales traería una sola respuesta de Jesús: ¡… detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres! Porque nuestros pensamientos no superan a nuestros dramáticos “existencismos” (vv. 27-33). Jesús nos llama a un seguimiento completo, a renunciar a nosotros mismos y tomar la cruz. Pero ¿qué significa renunciar a uno mismo? ¿no ser quien es cada quien? o ¿trascender los propios flujos vitales? (vv. 34-38).

Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían más que un pan en la barca. Lo esencial participa de lo existencial, lo trasciende, aunque al igual que los discípulos en el Evangelio de Marcos no lo veamos. Así también hoy la Iglesia no debe caer en la gran tentación de perder su esencia en la existencia, ambas cosas son importantes. Porque el pan en la barca es el símbolo de lo imprescindible y de todos los alimentos para el mundo antiguo del Cercano Oriente. Es el Pan con mayúsculas... ayer y hoy... ese Pan es Jesucristo. Y con Él se hace todo en la Iglesia y sin Él... verdaderamente... no se hace nada ¿Todavía no lo comprendemos?.


Prof. Mauricio Shara


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1 comentario:

  1. Anónimo6/16/2015

    Cuan hermosa y profunda Mauricio tu explicacion. Al decir de SS., quien parte, comparte.!!!
    Cristo es el Pan con mayusculas y se da a todos, sin distincion.!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    ETELVINA

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