"Cuanto hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron" - Mateo 25,40
Cuando hablamos de
"gema bíblica" hablamos de un fragmento bíblico, una frase que no
debe ser sacada de contexto pero que una vez contextualizada por el intérprete
puede expresar toda la fuerza de la Palabra de Dios. Siguiendo al teólogo Hans
Urs von Balthasar: "el todo en un fragmento", se trata de la
expresión del todo en una parte. Además, en analogía con el cuerpo humano
podemos evidenciar toda la realidad de esta afirmación.
El
versículo así como lo presentamos podemos encontrarlo en la Biblia de Jerusalén
latinoamericana (2003) que se expresa con el léxico propio de América latina.
Esta
Palabra se refiere al Juicio Final o Juicio Universal y nos invita a contemplar
la imagen del retorno de Jesucristo en gloria y como un Rey Pastor que congrega
a todas las naciones de la tierra y separará a ovejas y cabritos a su derecha y
a su izquierda, respectivamente.
En
nuestra dimensión temporal y espacial, el bien y el mal conviven y hasta se
confunden...y hasta se provoca su confusión. ¿Cuál será el criterio de
discernimiento, de distinción que tendrá el Juez Supremo para separar el bien
del mal? La respuesta se encuentra sintetizada en nuestra "gema
bíblica" de hoy: "Cuanto
hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron"
y consiste en realizar las "7 obras de la misericordia" inspiradas en
el texto mateano 25,35-36 más Tobías 1,17:
1)
visitar y cuidar a los enfermos
2)
dar comida al hambriento
3)
dar de beber al sediento
4)
dar posada al peregrino
5)
vestir al desnudo
6)
visitar al cautivo
7)
enterrar a los muertos (cf. Tobías 1,17)
El
teólogo Gustavo Gutiérrez nos aporta sobre este pasaje que "el sacramento
del prójimo es camino hacia Dios",[1]
podríamos decir que se trata de una "peregrinación hacia Dios". La
fuerza vital de esta Palabra reside en ayudar al que se encuentra en una
situación desventajosa, al débil, al "pequeño", al necesitado, esa es
también la esencia de la inclusión y la no discriminación injusta, que ha de
tender siempre al bien común. El amor a Jesús es amor a los hermanos "más
pequeños", más débiles.
El
recordado pastor estadounidense Martin Luther King, el 5 de diciembre de 1955
pronunció un famoso discurso en la Iglesia Bautista de la calle Holt, Montgomery,
Estado de Alabama. Aquí reproducimos una parte: "Nosotros, los desheredados de esta tierra, los que hemos sido
oprimidos por tanto tiempo, estamos cansados de pasar por la larga noche de cautiverio. Y ahora
estamos llegando al amanecer de la libertad y la justicia y la igualdad. Me permito decirles, amigos, acercándome y dando la idea del por qué
estamos reunidos aquí, que debemos mantener (y quiero subrayar esto, en todas
nuestras obras, en todas nuestras reflexiones, aquí esta tarde y toda la semana
y en todo momento, hagamos lo que hagamos), debemos mantener a Dios en el
primer plano. Seamos cristianos en todas nuestras acciones. Pero quiero
decirles que no es suficiente que hablemos sobre amor. El amor es uno de los
puntos fundamentales del rostro cristiano, la fe; pero otro de sus rostros es
llamado justicia. Y la justicia realmente es amor que se tiene en cuenta. La
justicia es amor corrigiendo lo que se rebela en contra del amor".
Y en este mismo espíritu
inclusivo, queridos peregrinos, tengamos también en cuenta las 7 obras de la
misericordia espirituales:
1) enseñar al que no sabe
2) dar buen consejo al
que lo necesita
3) corregir al que yerra
4) perdonar las injurias
5) consolar al triste
6) sufrir con paciencia
los defectos de los demás
7) rogar a Dios por vivos
y difuntos
¡Todo esto es inclusión! "Cuanto
hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron"
Prof.
Mauricio Shara
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