32 Yo quiero que ustedes vivan sin inquietudes. El
que no tiene mujer se preocupa de las cosas del Señor, buscando cómo agradar al
Señor. 33 En cambio, el que tienen mujer se preocupa de las cosas de este
mundo, buscando cómo agradar a su mujer, 34 y así su corazón está dividido.
También la mujer soltera, lo mismo que la virgen, se preocupa de las cosas del
Señor, tratando de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. La mujer casada, en
cambio, se preocupa de las cosas de este mundo, buscando cómo agradar a su
marido. 35 Les he dicho estas cosas para el bien de ustedes, no para ponerles
un obstáculo, sino para que ustedes hagan lo que es más conveniente y se
entreguen totalmente al Señor.
(I Corintios 7,32-35).
Introducción
Viene
bien todo lo dicho en la introducción
de la semana pasada para contextualizar la sección litúrgica, que
corresponde a consejos apostólicos. Recordemos que solamente lo referente a la
indisolubilidad del matrimonio (7,10) san Pablo lo presenta como un mandato del
Señor.
Estructura
A)
Vivir sin inquietudes v. 32a
B-C)
Ejemplos de estados de vida:
B)
El célibe o no casado (a-gamos) v.32b
B´)
El casado (gamesas)vv.33-34a
C)
La soltera y la virgen v.34b
C')
La casada v.34c
A')
La consagración al Señor v.35
Comentario
Vivir sin
inquietudes v.32a:
32
Yo quiero que ustedes vivan sin inquietudes.
La palabra "inquietudes" en griego es
"amerimnous", es un adjetivo negativo por la partícula "a",
quiere decir sin ansiedades. La ansiedad es uno de los grandes desajustes
personales en nuestro tiempo, es un estado de inquietud en el ánimo, una
congoja o fatiga que puede generar enfermedades. Lamentablemente, vemos como
muchas personas, actualmente, buscan mitigar esas ansiedades con "ansiolíticos",
una palabra greco-romana interesante, mezcla del latín anxius (angustiado) y del griego lytikós (cosa que disuelve). Pero el Apóstol quiere que vivamos sin
ansiedades.
El célibe o no
casado v.32b:
El
que no tiene mujer se preocupa de las cosas del Señor, buscando cómo agradar al
Señor.
Ahora
la cosa se pone difícil. La palabra "preocupa" es merimna, o sea que el célibe (a-gamos) ansía las cosas del Señor, esto
es agradando al Señor. Hoy, debemos entender que se trata de una
"ansiedad" completamente diferente a la anterior, tanto que no la
llamaríamos así. Pero ubiquémonos en el contexto vital de un hombre del siglo I
de la era cristiana. Hoy, más bien, hablamos de una búsqueda del Señor, de
buscarlo a Él para caminar con Él, más que de una ansiedad. Y es buscar al
Señor para agradarlo. Una actitud mística, una búsqueda para agradar y caminar
con Él. La palabra "agradar" en griego es arése del verbo arésko
p.e. en Gn 5,22 LXX debería traducir "Enoc agradó a Dios" en lugar de
"Enoc anduvo con Dios" del hebreo.
El casado
vv.33-34a:
33
En cambio, el que tienen mujer se preocupa de las cosas de este mundo, buscando
cómo agradar a su mujer, 34 y así su corazón está dividido.
El casado (gamesas)
se preocupa, "merimna",
ansía las cosas del mundo (esto hoy es discutible después de la experiencia
positiva de muchos casados sean laicos católicos o pastores protestantes; así
como la experiencia negativa de muchos célibes de gran ambición financiera y/o
política). Luego, dice que el casado busca agradar a su mujer (esto no debería
estar desactualizado). Así, san Pablo presenta la supremacía del celibato en
cuanto a la consagración a Dios, el casado está dividido.
La soltera y la virgen
v.34b: También
la mujer soltera, lo mismo que la virgen, se preocupa de las cosas del Señor,
tratando de ser santa en el cuerpo y en el espíritu.
La
mujer soltera (a-gamos), lo mismo que la virgen (parzenos). Estas expresiones
podrían corresponder a una mujer sin ningún tipo de compromiso y a una mujer ya
comprometida, respectivamente. Luego, dice lo mismo que en v.33-34a: merimna. La frase que viene ha sido muy
debatida: tratando
de ser santa en el cuerpo y en el espíritu.
Especialmente, después de afirmar que el matrimonio
también es carisma de Dios (1 Co 7,7) Es
posible que san Pablo tratara de encauzar el rigorismo ascético hacia la
consagración a Dios.
La casada v.34c: La mujer casada, en
cambio, se preocupa de las cosas de este mundo, buscando cómo agradar a su
marido.
La casada (gamésasa)
ansía (merimna) las cosas del mundo,
cómo agradar (arése) al hombre (andri). Repite lo mismo que en
vv.33-34a.
La consagración al
Señor v.35:
Les
he dicho estas cosas para el bien de ustedes, no para ponerles un obstáculo,
sino para que ustedes hagan lo que es más conveniente y se entreguen totalmente
al Señor.
San
Pablo lo dice no para poner un obstáculo, un lazo (brójon), sino a favor de una honestidad y la entrega asidua,
permanente, al Señor y sin distracciones. Estos consejos son para vivir mejor
la dignidad de la vocación cristiana y no para caer en un rigorismo moral, ni
para poner unos carismas por encima de los otros.
Conclusión
Nuestras
ansiedades deberían ser abandonadas en Cristo, pero no las ansias por Él y sus
cosas, este tipo de "ansiedad" es buena para el Apóstol: ansias de
conocer más y más al Señor. Por eso, hay que salir de la falta de compromiso y
también de la dispersión de intereses, que lleva a la división interior. El
amor divino no rivaliza con el amor humano, pero los consejos apostólicos son
para llegar a la libertad y a la integración del hombre. Si la vocación al celibato
es auténtica, la vida se desarrolla liviana para poder cargar mejor con las
responsabilidades pastorales; pero si esa vocación es un fraude, la vida se
vuelve más pesada que para un laico casado. Todo depende de nuestra adhesión
vital a Jesucristo.
Prof.
Mauricio Shara
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Irene Foulknes, Problemas
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Jürgen Becker, Pablo el
Apóstol de los paganos, Salamanca, Sígueme, 2007.
Creo que todos los que hemos sido llamados, podemos con nuestro dones y talentos, servir
ResponderBorraral Senior y darlo a conocer...!!!
ETELVINA