La
expresión "profeta" en hebreo es nabí.
Es necesario distinguirlo de otros vocablos en el AT como el
"vidente" (roeh), el "visionario" (hozeh) y el "hombre
de Dios" (ish´Elohim). Estos diferentes vocablos no se deben confundir
pero tampoco separar del fenómeno profético en general.
Los albores del
profetismo
Los
profetas de Israel al principio no se diferenciaron de los adivinos de las
cortes en el contexto del Próximo Oriente antiguo p.e. los profetas egipcios se
dedicaban a interpretar sueños como José en Gn 40-41; los profetas cananeos se
excitaban por medio de música estridente y bailecitos para entrar en trance,
quedando fuera de sí, descontrolados, a veces caían en situaciones violentas
p.e. los profetas de Baal en I Reyes 18,26-28: Ellos tomaron el novillo que se les
había dado, lo prepararon e invocaron el nombre de Baal desde la mañana
hasta el mediodía, diciendo: «¡Respóndenos, Baal!». Pero no se oyó ninguna
voz ni nadie que respondiera. Mientras tanto, danzaban junto al altar que
habían hecho. Al mediodía, Elías empezó a burlarse de ellos, diciendo: «¡Griten
bien fuerte, porque es un dios! Pero estará ocupado, o ausente, o se habrá
ido de viaje. A lo mejor está dormido y se despierta». Ellos gritaron a voz
en cuello y, según su costumbre, se hacían incisiones con cuchillos y punzones,
hasta chorrear sangre.
¡Cuánto fanatismo religioso! Esto ha estado presente a lo largo de la historia
de los pueblos primitivos p.e. el chamanismo en América, con características
muy parecidas, a veces ingiriendo alguna bebida fuerte o alguna fumata como la
"ayaguasca" para salir de sí mismos y ver alucinaciones.
En general, este tipo de fenómenos
tiene una valoración positiva en los libros de la "gran historia
deuteronomista", especialmente en I y II Samuel p.e. I Samuel 19, 23-24: De allí se dirigió a Naiot, en Ramá, y el
espíritu del Señor se apoderó de él, de manera que fue caminando en estado de
trance hasta Naiot, en Ramá. También él se despojó de su ropa y estuvo en
trance delante de Samuel. Luego cayó rendido, y estuvo desnudo todo aquel día y
aquella noche. Por eso se puede decir: «¿También Saúl está entre los
profetas?». Notemos que ahí dice "el espíritu del Señor", eso es porque
en los albores del profetismo del Reino del Norte, Israel, los cananeos
ejercieron una gran influencia cultural (ver también I Samuel 10,5-6).
El profetismo propiamente israelita
Pero, en la medida que el fenómeno
profético fue avanzando en Israel y Judá, los profetas se fueron separando de
estas experiencias, que hoy llamaríamos anacrónicamente "histéricas"
o "fanáticas", y los profetas israelitas fueron tomando rasgos propios.
A continuación ofrecemos un elenco de estas nuevas características y únicas en
la Antigüedad:
·
Mientras
los profetas paganos se autoproclamaban, los profetas de Israel y Judá eran
llamados por Dios, e incluso resistían su vocación p.e. Is 6,5; Jer 1,6; Amós 7,14-15.
·
Los
profetas de Israel y Judá fueron hombres de la Palabra de Dios, no se dedicaban
a las adivinanzas, podían tener experiencias extáticas, pero esto no era lo
principal sino su servicio como transmisores de la Palabra de YHWH.
·
Eran
personas de gran intimidad con Dios, de una profunda religiosidad.
·
Eran
intercesores entre el pueblo y Dios.
·
Eran
muy críticos, pero a la vez grandes animadores del pueblo hacia la esperanza.
Las distintas etapas del profetismo bíblico
Ofrecemos una brevísima revisión de las
principales etapas aproximadas:
·
Hacia
el siglo X a.C. van desapareciendo los primitivos "grupos de
profetas" de talante cananeo y comienzan a aparecer los profetas "con
nombre" p.e. Samuel, Natán, Ajías, Miqueas hijo de Yimlá (I Reyes 22,8-9)
Elías, Eliseo.
·
En
el siglo VIII a.C. aparecen los "profetas escritores" aunque, hoy
sabemos que quienes escribieron fueron sus continuadores, son Amós, Oseas,
Miqueas e Isaías.
·
El
siglo VII a.C. es el tiempo de Sofonías, Nahum, Habacuc y Jeremías.
·
En
el siglo VI a.C. es Ezequiel quien acompaña a los desterrados a Babilonia,
también es el tiempo de la segunda gran etapa de la predicación de tradición
isaiana que en el libro de Isaías recibe el título de
"Deutero-Isaías" o "II Isaías".
·
Desde
el siglo V al III a.C. se suceden varios profetas como Ageo, Zacarías, Abdías,
Malaquías, Abdías, Joel, tercera etapa de la tradición isaiana llamada
"Trito Isaías" o "III Isaías" y la segunda etapa de la
tradición zacariana o "II Zacarías".
·
Hacia
el 170 a.C. el fenómeno profético deriva en la apocalíptica, un género
literario que estará presente hasta el siglo II d.C. uno de sus exponentes es
Daniel.
·
A
principios del siglo I d.C. vuelve el profetismo a Israel con Juan Bautista y
Jesucristo, en un estilo renovado en las formas pero fieles al talante crítico
y esperanzador de todos los profetas de Israel. En esa renovación, un nuevo
profetismo, anuncian y predican (según que Evangelio sinóptico miremos ya que
sólo en Mt aparece Juan Bautista predicando el Reino de Dios) el mensaje más
grandioso de todos los tiempos: el Evangelio.
·
Finalmente,
en el siglo II d.C. aparecerá un exponente de una apocalíptica especial, con
matices proféticos cristianos: el autor del Apocalipsis.
¿Qué sería ser un verdadero profeta cristiano
actual?
Creo que se trata, básicamente, de un
evangelizador. De ninguna manera creo que se trata de un adivino ni de algo
vinculado a la magia, ni a la histeria, ni al fanatismo. No es tampoco un
ideologizador o un político, aunque los políticos están continuamente
exhortando y tratando de consolar (actividades propias de los profetas) pero lo
hacen desde ideas meramente humanas. Un profeta cristiano es alguien que busca
las mejores formas para hacer llegar el mensaje del Evangelio en este tiempo.
Aunque ha de conservar las características comunes que se encuentran en la
Biblia: exhorta y consuela, critica y da esperanza, porque estas
características están presentes desde el siglo X a.C. y recorren toda la
historia bíblica y porque son necesidades propiamente humanas de buscar a Dios,
de ponerse en sintonía con Él, en su amor y su misericordia.
Prof. Mauricio Shara
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