La
segunda parte del libro de Zacarías recibe el nombre de "Deutero
Zacarías" o "II Zacarías", comprende los capítulos 9-14 y su
datación es posterior al exilio en Babilonia, cuando el tema ya no es el
retorno ni la restauración. Los temas de la parte B del libro son una relectura
actualizada de los temas de la parte A (caps. 1-8).
La
parte A es un libro de visiones y la parte B es un libro de oráculos con
matices apocalípticos; la parte A habla mucho del templo y en la parte B el
templo está ausente. La parte A es de fines del siglo VI a principios del siglo
V a.C. y la parte B es bastante posterior, entre el siglo III y II a.C.
Nuestra
gema está en 9,12 (BPD): Vuelvan a la
plaza fuerte, cautivos llenos de esperanza. Sí, hoy mismo lo declaro: yo te
daré una doble compensación. Si atendemos a una traducción más literal
sería (BHS): Vuelvan a la fortaleza,
presos de la esperanza. También hoy anuncio: doble restauración. Se trata
de una promesa que anuncia el completo perdón y la plena compensación por todas
las aflicciones de los cautivos esperanzados.
Está
en el contexto del anuncio sobre la llegada del Mesías a Jerusalén cabalgando
en una cría de asna, como hacían los príncipes del pueblo y como señal de
pacificación. El Mesías destruirá las armas de guerra y dictará la paz a las
naciones, por la sangre de la Alianza, no por pactos políticos, libertará a los
presos, a los cautivos, a quienes invita a volver a la fortaleza de Sión y les
promete perdón y compensación.
¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de júbilo,
hija de Jerusalén! Mira que tu Rey viene hacia ti; él es justo y victorioso, es
humilde y está montado sobre un asno, sobre la cría de un asna. El suprimirá
los carros de Efraím y los caballos de Jerusalén; el arco de guerra será
suprimido y proclamará la paz a las naciones. Su dominio se extenderá de un mar
hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra. En cuanto a ti,
por la sangre de alianza yo libraré a tus cautivos de la fosa sin agua. Vuelvan
a la plaza fuerte, cautivos llenos de esperanza. Sí, hoy mismo lo declaro: yo
te daré una doble compensación. (Zacarías
9,9-12).
Las cárceles antiguas, a veces, eran
simplemente fosos en donde se introducía a los presos, lugares completamente
oscuros y con escaso oxígeno, un pozo seco. Las cárceles actuales no son solo
los penales en donde se castiga a los condenados por algún delito, también son
oscuros fosos de auto condenación, de castigo psicológico, de vicios, de
drogas, de miseria, etc. En todo cautiverio lo que falta es la libertad y la
sensación permanente que domina al cautivo es la imposibilidad de ser libre,
pero a pesar de todo es necesario mantener viva la esperanza. Vuelvan a la fortaleza, presos de la
esperanza. También hoy anuncio: doble restauración.
La esperanza es lo que conecta al
cautivo con la trascendencia, la esperanza es lo que lleva al cautivo a
trascender su propio cautiverio hacia la libertad. En la esperanza habita Dios.
El Mesías, el Cristo, viene a liberar a los cautivos esperanzados, a sacarlos
del pozo seco y promete perdón y una compensación plena por todas las
aflicciones sufridas, como al justo Job. Vuelvan
a la fortaleza, presos de la esperanza. También hoy anuncio: doble
restauración.
Nunca abandonemos la esperanza porque
permite el encuentro con Dios que nos saca de nuestros cautiverios, nos hace
libres porque deseamos ser libres, lo deseamos tanto como el agua que escasea
en esos oscuros cautiverios, nos hace libres para volver a caminar, a
peregrinar por esta vida junto a otros, responsablemente. Vuelvan a la fortaleza, presos de la
esperanza. También hoy anuncio: doble restauración.
Prof.
Mauricio Shara
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