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Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde
Cristo está sentado a la derecha de Dios. 2 Tengan el pensamiento puesto en las
cosas celestiales y no en las de la tierra. 3 Porque ustedes están muertos, y
su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. 4 Cuando se manifieste
Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con él, llenos
de gloria. (Colosenses 3,1-4)
Introducción
El historiador Jenofonte define a esta ciudad frigia en el siglo IV a.C. como "grande, floreciente, con muchos habitantes", pero para la época de san Pablo y continuadores no tenía tanta importancia. Hoy se encuentran algunos restos arqueológicos cerca del pueblo de Honaz, Turquía.
El historiador Jenofonte define a esta ciudad frigia en el siglo IV a.C. como "grande, floreciente, con muchos habitantes", pero para la época de san Pablo y continuadores no tenía tanta importancia. Hoy se encuentran algunos restos arqueológicos cerca del pueblo de Honaz, Turquía.
Nos pasa lo
mismo que con Efesios en cuanto a la duda de si la escribió Pablo o un
continuador. Si la escribió san Pablo, lo más cercano a su teología
correspondería a la Carta a los romanos (61-63 d.C.) pero cuesta mucho imaginar
los desplazamientos de discípulos desde Roma hasta Frigia. Si la escribió un
continuador, se explica bien su teología y podría fecharse a fines del siglo I
d.C. ya que san Ignacio de Antioquía conoció la Carta a los efesios en el 110
d.C. y entendemos que Efesios depende de Colosenses por su teología, estilo y vocabulario.
Estructuras o mapa literario
Nuestra
sección litúrgica (3,1-4) forma parte del texto sobre la santidad de los
creyentes (3,1-4,1). Un mapa literario podría ser el siguiente:
3,1a Enlace
con el cap. 2.
3,1b-2
Motivaciones místicas para la nueva vida en Cristo.
3,3
Presente de nuestra vida en Cristo.
3,4 Escatología
mística de tradición paulina.
3,5-11
Exhortación conforme a la nueva vida en Cristo.
3,12-17
Extensión de esa nueva vida en las relaciones con el prójimo.
3,18-4,1
Código doméstico.
Comentario
I) 3,1a Enlace con el cap. 2: 1 Ya que ustedes han resucitado con Cristo.
Veamos un
pasaje que podemos considerar dependiente de Romanos 6,1-6: ¿Qué diremos entonces? ¿Qué debemos
seguir pecando para que abunde la gracia? ¡Ni pensarlo! ¿Cómo es posible que
los que hemos muerto al pecado sigamos viviendo en él? ¿No saben ustedes que
todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su
muerte? Pero el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así
como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una
Vida nueva. Porque si nos hemos identificado con Cristo por una muerte
semejante a la suya, también nos identificaremos con él en la resurrección.
Comprendámoslo: nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él, para que fuera
destruido este cuerpo de pecado, y así dejáramos de ser esclavos del pecado.
Pero mucho
más contundente que aquel en donde encontramos todas las figuras necesarias
para entender nuestra sección litúrgica, se trata de Colosenses 2,11-15: En él fueron circuncidados, no por
mano de hombre, sino por una circuncisión que los despoja del cuerpo carnal, la
circuncisión de Cristo. En el bautismo, ustedes fueron sepultados con él, y con
él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los
muertos. Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión
de su carne, pero Cristo los hizo revivir con él, perdonando todas nuestras
faltas. El canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus
cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz. En cuanto a los
Principados y a las Potestades, los despojó y los expuso públicamente a la
burla, incorporándolos a su cortejo triunfal.
Hay acá una teología de base tipológica. En estas
tipologías encontramos que nosotros participamos en la circuncisión de Cristo
que nos despoja no del prepucio sino del cuerpo carnal. Luego, hay una
tipología que relaciona al bautismo, el sumergirse en el agua con la muerte y
el emerger del agua con la resurrección. De hecho, Ro 6,1-6 habla de la
resurrección como un hecho futuro: Porque
si nos hemos identificado con Cristo por una muerte semejante a la suya,
también nos identificaremos con él en la resurrección.
Pero Colosenses lo da como un hecho ya realizado en el bautismo (utiliza
el tiempo verbal aoristo): En el bautismo, ustedes fueron sepultados con él, y
con él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre
los muertos.
Ahora estamos en condiciones de comprender lo que dice Colosenses 3,1a: Ya que ustedes
han resucitado con Cristo.
II) 3,1b-2 Motivaciones místicas
para la nueva vida en Cristo:
busquen los bienes del cielo donde
Cristo está sentado a la derecha de Dios. 2 Tengan el pensamiento puesto en las
cosas celestiales y no en las de la tierra.
Esto no se
trata de experiencias alienantes, gnósticas, pseudo-místicas, espiritualistas, emocionalistas,
volátiles, mágicas, histéricas, etc. Es decir, que no se trata de ninguna clase
de "marihuana para el pueblo", sino, al contrario, de aquella mística que consiste en "la entrega completa del ser humano al
pensamiento de la perfección, siendo raíces de este pensamiento la experiencia
de estar condicionado y la perspectiva de la superación de dicha
situación".[1]
Así, la
perspectiva, el horizonte de superación de nuestros condicionamientos está en los bienes del cielo donde Cristo
está sentado a la derecha de Dios y para eso nuestros pensamientos ha de estar
puestos en las cosas
celestiales y no en las de la tierra. Ese es el horizonte en nuestro caminar y no las
cosas terrenales ¿cuáles son las cosas terrenales aquí? no hace falta inventar
nada, lo dice en Colosenses 3,5-9: Por lo tanto, hagan morir en sus miembros todo lo que es
terrenal: la lujuria, la impureza, la pasión desordenada, los malos deseos y
también la avaricia, que es una forma de idolatría. Estas cosas provocan la ira
de Dios. Ustedes mismos se comportaban así en otro tiempo, viviendo
desordenadamente. Pero ahora es necesario que acaben con la ira, el rencor, la
maldad, las injurias y las conversaciones groseras.
Y así también encontramos la dinámica de superación que implica esta
mística bautismal, Col 3,10: Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque ustedes
se despojaron del hombre viejo y de sus obras y se revistieron del hombre
nuevo, aquel que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose
constantemente según la imagen de su Creador. Así se realiza el
movimiento superando "las cosas terrenales" hacia el horizonte de las
"cosas celestiales", los bienes del cielo.
III)
3,3 Presente de nuestra vida en Cristo: Porque ustedes están muertos, y su vida está desde
ahora oculta con Cristo en Dios.
La expresión "están muertos" en griego está en aoristo, es
algo hecho. Está relacionado con el bautismo, es una figura bautismal, estamos
sumergidos en el bautismo, sepultados en las aguas bautismales (Col 2,12). Por
eso nuestra vida está
desde ahora oculta con Cristo en Dios. Y si estamos ocultos con
Cristo, el misterio de Dios, (mysteríon
es el vocablo griego que justifica este desarrollo "místico", la base
de esta explicación teológica), ahí están ocultos todos los tesoros de la
sabiduría y del conocimiento (Col 2,2-3). Se muere al pecado (Ro 6,2) en el
bautismo para vivir una nueva Vida (Col 2,12-13).
3,4 Escatología mística de tradición
paulina: Cuando se manifieste Cristo, que es
nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con él, llenos de gloria.
Se trata de la parusía pero que comienza en el
bautismo y se extiende eternamente con Cristo, siendo que se trata de un conocimiento
experiencial de Dios (cognitio Dei
experimentalis). La fuerza vital de la que nace y se alimenta es el misterio
de Dios que es Cristo (Col 2,12-13), eso queda tipificado en el bautismo como
experiencia personal de la cruz, es decir, de la muerte y resurrección de
Jesucristo y se extiende hasta la glorificación: Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida,
entonces ustedes también aparecerán (se manifestarán) con él, llenos de gloria.
¡Feliz Pascua!
Prof. Mauricio Shara
Bibliografía:
- Gabriel Pérez Rodríguez, Carta a los Colosenses en Comentario Casa de la Biblia, Casa de la Biblia y otros, 1995.
- César Alejandro Mora Paz, Colosenses en Comentario Bíblico Internacional, Navarra, Verbo Divino, 2005.
- Maurya P. Horgan, Carta a los Colosenses en Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo, Estella, Verbo Divino, 2004.
- César Mora Paz, Carta a los Colosenses en Comentario Bíblico Latinoamericano NT, Navarra, Verbo Divino, 2007.
- Jordi Sánchez Bosch, Efesios y Colosenses ¿dos cartas de Pablo?, Estella, Verbo Divino, 2009.
- Giuseppe Barbaglio, Pablo de Tarso y los orígenes cristianos, Salamanca, Sígueme, 1989.
- Gianfranco Ravasi, La mirada hacia lo alto en La Biblia en un fragmento, Maliaño, Sal Terrae, 2014.
[1] Jean-Pierre Schobinger en Mística, cuestiones fundamentales.
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