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sábado, 4 de abril de 2015

"Redescubriendo la antigua mística bautismal para vivir la Vida nueva". Estudio bíblico básico sobre Colosenses 3,1-4. Segunda lectura de la Misa del día Domingo de Pascua de Resurrección.


1 Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. 2 Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. 3 Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. 4 Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con él, llenos de gloria. (Colosenses 3,1-4)

Introducción

El historiador Jenofonte define a esta ciudad frigia en el siglo IV a.C. como "grande, floreciente, con muchos habitantes", pero para la época de san Pablo y continuadores no tenía tanta importancia. Hoy se encuentran algunos restos arqueológicos cerca del pueblo de Honaz, Turquía.

Nos pasa lo mismo que con Efesios en cuanto a la duda de si la escribió Pablo o un continuador. Si la escribió san Pablo, lo más cercano a su teología correspondería a la Carta a los romanos (61-63 d.C.) pero cuesta mucho imaginar los desplazamientos de discípulos desde Roma hasta Frigia. Si la escribió un continuador, se explica bien su teología y podría fecharse a fines del siglo I d.C. ya que san Ignacio de Antioquía conoció la Carta a los efesios en el 110 d.C. y entendemos que Efesios depende de Colosenses por su teología, estilo y vocabulario.


Estructuras o mapa literario

Nuestra sección litúrgica (3,1-4) forma parte del texto sobre la santidad de los creyentes (3,1-4,1). Un mapa literario podría ser el siguiente:

3,1a Enlace con el cap. 2.
3,1b-2 Motivaciones místicas para la nueva vida en Cristo.
3,3 Presente de nuestra vida en Cristo.
3,4 Escatología mística de tradición paulina. 
3,5-11 Exhortación conforme a la nueva vida en Cristo.
3,12-17 Extensión de esa nueva vida en las relaciones con el prójimo.
3,18-4,1 Código doméstico.


Comentario

I) 3,1a Enlace con el cap. 2: 1 Ya que ustedes han resucitado con Cristo.
Veamos un pasaje que podemos considerar dependiente de Romanos 6,1-6: ¿Qué diremos entonces? ¿Qué debemos seguir pecando para que abunde la gracia? ¡Ni pensarlo! ¿Cómo es posible que los que hemos muerto al pecado sigamos viviendo en él? ¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte? Pero el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva. Porque si nos hemos identificado con Cristo por una muerte semejante a la suya, también nos identificaremos con él en la resurrección. Comprendámoslo: nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él, para que fuera destruido este cuerpo de pecado, y así dejáramos de ser esclavos del pecado.  

Pero mucho más contundente que aquel en donde encontramos todas las figuras necesarias para entender nuestra sección litúrgica, se trata de Colosenses 2,11-15: En él fueron circuncidados, no por mano de hombre, sino por una circuncisión que los despoja del cuerpo carnal, la circuncisión de Cristo. En el bautismo, ustedes fueron sepultados con él, y con él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos. Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con él, perdonando todas nuestras faltas. El canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz. En cuanto a los Principados y a las Potestades, los despojó y los expuso públicamente a la burla, incorporándolos a su cortejo triunfal.

Hay acá una teología de base tipológica. En estas tipologías encontramos que nosotros participamos en la circuncisión de Cristo que nos despoja no del prepucio sino del cuerpo carnal. Luego, hay una tipología que relaciona al bautismo, el sumergirse en el agua con la muerte y el emerger del agua con la resurrección. De hecho, Ro 6,1-6 habla de la resurrección como un hecho futuro: Porque si nos hemos identificado con Cristo por una muerte semejante a la suya, también nos identificaremos con él en la resurrección. Pero Colosenses lo da como un hecho ya realizado en el bautismo (utiliza el tiempo verbal aoristo): En el bautismo, ustedes fueron sepultados con él, y con él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos.

Ahora estamos en condiciones de comprender lo que dice Colosenses 3,1a: Ya que ustedes han resucitado con Cristo.

II) 3,1b-2 Motivaciones místicas para la nueva vida en Cristo: busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. 2 Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra.
Esto no se trata de experiencias alienantes, gnósticas, pseudo-místicas, espiritualistas, emocionalistas, volátiles, mágicas, histéricas, etc. Es decir, que no se trata de ninguna clase de "marihuana para el pueblo", sino, al contrario, de aquella mística que consiste en "la entrega completa del ser humano al pensamiento de la perfección, siendo raíces de este pensamiento la experiencia de estar condicionado y la perspectiva de la superación de dicha situación".[1]

Así, la perspectiva, el horizonte de superación de nuestros condicionamientos está en los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios y para eso nuestros pensamientos ha de estar puestos en las cosas celestiales y no en las de la tierra. Ese es el horizonte en nuestro caminar y no las cosas terrenales ¿cuáles son las cosas terrenales aquí? no hace falta inventar nada, lo dice en Colosenses 3,5-9: Por lo tanto, hagan morir en sus miembros todo lo que es terrenal: la lujuria, la impureza, la pasión desordenada, los malos deseos y también la avaricia, que es una forma de idolatría. Estas cosas provocan la ira de Dios. Ustedes mismos se comportaban así en otro tiempo, viviendo desordenadamente. Pero ahora es necesario que acaben con la ira, el rencor, la maldad, las injurias y las conversaciones groseras.

Y así también encontramos la dinámica de superación que implica esta mística bautismal, Col 3,10: Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras y se revistieron del hombre nuevo, aquel que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose constantemente según la imagen de su Creador. Así se realiza el movimiento superando "las cosas terrenales" hacia el horizonte de las "cosas celestiales", los bienes del cielo. 

III) 3,3 Presente de nuestra vida en Cristo: Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios.

La expresión "están muertos" en griego está en aoristo, es algo hecho. Está relacionado con el bautismo, es una figura bautismal, estamos sumergidos en el bautismo, sepultados en las aguas bautismales (Col 2,12). Por eso nuestra vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. Y si estamos ocultos con Cristo, el misterio de Dios, (mysteríon es el vocablo griego que justifica este desarrollo "místico", la base de esta explicación teológica), ahí están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento (Col 2,2-3). Se muere al pecado (Ro 6,2) en el bautismo para vivir una nueva Vida (Col 2,12-13).

3,4 Escatología mística de tradición paulina: Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con él, llenos de gloria.

Se trata de la parusía pero que comienza en el bautismo y se extiende eternamente con Cristo, siendo que se trata de un conocimiento experiencial de Dios (cognitio Dei experimentalis). La fuerza vital de la que nace y se alimenta es el misterio de Dios que es Cristo (Col 2,12-13), eso queda tipificado en el bautismo como experiencia personal de la cruz, es decir, de la muerte y resurrección de Jesucristo y se extiende hasta la glorificación: Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán (se manifestarán) con él, llenos de gloria.

¡Feliz Pascua!

Prof. Mauricio Shara


Bibliografía:

  • Gabriel Pérez Rodríguez, Carta a los Colosenses en Comentario Casa de la Biblia, Casa de la Biblia y otros, 1995.
  • César Alejandro Mora Paz, Colosenses en Comentario Bíblico Internacional, Navarra, Verbo Divino, 2005.
  • Maurya P. Horgan, Carta a los Colosenses en Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo, Estella, Verbo Divino, 2004.
  • César Mora Paz, Carta a los Colosenses en Comentario Bíblico Latinoamericano NT, Navarra, Verbo Divino, 2007.
  • Jordi Sánchez Bosch, Efesios y Colosenses ¿dos cartas de Pablo?, Estella, Verbo Divino, 2009.
  • Giuseppe Barbaglio, Pablo de Tarso y los orígenes cristianos, Salamanca, Sígueme, 1989.
  • Gianfranco Ravasi, La mirada hacia lo alto en La Biblia en un fragmento, Maliaño, Sal Terrae, 2014.


[1] Jean-Pierre Schobinger en Mística, cuestiones fundamentales.

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