Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor
haga brillar su rostro sobre ti y muestre su gracia. Que el Señor te descubra
su rostro y te conceda la paz.
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Y le fue dado un rollo del profeta Isaías, y tras abrir el rollo, encontró el lugar donde había sido escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí... (Lucas 4,17-18a traducido del texto griego Nestlé-Aland). BLOG DEDICADO AL ESTUDIO Y A LA INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA.
domingo, 31 de mayo de 2015
Reflexión sobre la Santísima Trinidad en Romanos 8,14-17. Segunda lectura en la Solemnidad de la Santísima Trinidad (B)
14 Todos los que son conducidos por el Espíritu de
Dios son hijos de Dios. 15 Y ustedes no han recibido un espíritu de esclavos
para volver a caer en el temor, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos
hace llamar a Dios ¡Abba!, es decir, Padre 16 El mismo Espíritu se une a
nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. 17 Y si somos
hijos, también somos herederos, herederos de Dios y coherederos de Cristo,
porque sufrimos con él para ser glorificados con Él. (Romanos 8,14-17)
domingo, 24 de mayo de 2015
Gema bíblica: "Donde está el Espíritu del Señor hay libertad" - II Corintios 3,17
Cuando hablamos de
"gema bíblica" hablamos de un fragmento bíblico, una frase que no
debe ser sacada de contexto pero que una vez contextualizada por el intérprete
puede expresar toda la fuerza de la Palabra de Dios. Siguiendo al teólogo Hans
Urs von Balthasar: "el todo en un fragmento", se trata de la
expresión del todo en una parte. Además, en analogía con el cuerpo humano
podemos evidenciar toda la realidad de esta afirmación.
La versión Jerusalén latinoamericana (2003) lee así II Co
3,17: "Porque el Señor es el
Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad".
En realidad, no varían mucho las versiones de la Biblia sobre este versículo.
San Pablo nos muestra el vínculo profundo entre Cristo y el Espíritu Santo, que
es enviado a la historia humana para revelar la plenitud de la Palabra de Dios.
Reflexión sobre Pentecostés - "El despertar de la Iglesia" - Hechos 2,1-11. Primera lectura de la Solemnidad de Pentecostés
1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo
lugar. 2 De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de
viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. 3 Entonces vieron
aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada
uno de ellos. 4 Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar
en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse. 5 Había en
Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo. 6 Al oírse
este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los
oía hablar en su propia lengua. 7 Con gran admiración y estupor decían: «¿Acaso
estos hombres que hablan no son todos galileos? 8 ¿Cómo es que cada uno de
nosotros los oye en su propia lengua? 9 Partos, medos y elamitas, los que
habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en
Asia Menor, 10 en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los
peregrinos de Roma, 11 judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos
proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios». (Hch 2,1-11)
lunes, 18 de mayo de 2015
Gema bíblica: Proverbios 25,25 "Agua fresca en garganta sedienta es la buena noticia de tierras lejanas"
Cuando hablamos de
"gema bíblica" hablamos de un fragmento bíblico, una frase que no
debe ser sacada de contexto pero que una vez contextualizada por el intérprete
puede expresar toda la fuerza de la Palabra de Dios. Siguiendo al teólogo Hans
Urs von Balthasar: "el todo en un fragmento", se trata de la
expresión del todo en una parte. Además, en analogía con el cuerpo humano
podemos evidenciar toda la realidad de esta afirmación.
Reflexión sobre un aspecto de Marcos 16,15-20: "La evangelización universal" - Mc 16,15. Solemnidad de la Ascensión del Señor (B)
15 Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena
Noticia a toda la creación. 16 El que crea y se bautice, se salvará. El que no
crea, se condenará. 17 Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán
a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; 18 podrán tomar a las
serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño;
impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán». 19 Después de decirles
esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios. 20
Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba
su palabra con los milagros que la acompañaban. (Marcos 16,15-20)
domingo, 10 de mayo de 2015
Reflexión sobre un aspecto de Hechos 10, 25-26. 34-36. 43-48: "Dios no hace acepción de personas". Primera lectura del Domingo 6° de Pascua (B)
Contextualización:
La
sección bíblica completa refiere al bautismo de Cornelio y es Hch 10,24-48:
24 Al otro día, llegaron a Cesarea. Cornelio los
esperaba, y había reunido a su familia y a sus amigos íntimos. 25 Cuando Pedro
entró, Cornelio fue a su encuentro y se postró a sus pies. 26 Pero Pedro lo
hizo levantar, diciéndole: «Levántate, porque yo no soy más que un hombre». 27
Y mientras seguía conversando con él, entró y se encontró con un grupo numeroso
de personas, que estaban reunidas allí. 28 Dirigiéndose a ellas, les dijo:
«Ustedes saben que está prohibido a un judío tratar con un extranjero o visitarlo.
Pero Dios acaba de mostrarme que no hay que considerar manchado o impuro a
ningún hombre. 29 Por eso, cuando ustedes me llamaron, vine sin dudar. Y ahora
quisiera saber para qué me llamaron». 30 Cornelio le respondió: «Hace tres días
me encontraba orando en mi casa, alrededor de las tres de la tarde, cuando se
me apareció un hombre con vestiduras resplandecientes, 31 y me dijo: «Cornelio,
tu oración ha sido escuchada y Dios se ha acordado de tus limosnas. 32 Manda a
buscar a Simón, llamado Pedro, que está en Jope, a la orilla del mar, en la
casa de Simón el curtidor». 33 En seguida te mandé a buscar y has hecho bien en
venir. Ahora estamos reunidos delante de Dios, para escuchar lo que el Señor te
ha mandado decirnos». 34 Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo:
«Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepción de personas, 35 y que en
cualquier nación, todo el que lo teme y practica la justicia es agradable a él.
36 El envió su Palabra al pueblo de Israel, anunciándoles la Buena Noticia de
la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos. 37 Ustedes ya saben
qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que
predicaba Juan: 38 cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo,
llenándolo de poder. El pasó haciendo el bien y curando a todos los que habían
caído en poder del demonio, porque Dios estaba con él. 39 Nosotros somos
testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. Y ellos
mataron, suspendiéndolo de un patíbulo. 40 Pero Dios lo resucitó al tercer día
y le concedió que se manifestara, 41 no a todo el pueblo, sino a testigos
elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con él,
después de su resurrección. 42 Y nos envió a predicar al pueblo, y atestiguar
que él fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos. 43 Todos los profetas
dan testimonio de él, declarando que los que creen en él reciben el perdón de
los pecados, en virtud de su Nombre». 44 Mientras Pedro estaba hablando, el
Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban la Palabra. 45 Los
fieles de origen judío que habían venido con Pedro quedaron maravillados al ver
que el Espíritu Santo era derramado también sobre los paganos. 46 En efecto,
los oían hablar diversas lenguas y proclamar la grandeza de Dios. Pedro dijo:
47 «¿Acaso se puede negar el agua del bautismo a los que recibieron el Espíritu
Santo como nosotros?». 48 Y ordenó que fueran bautizados en el nombre del Señor
Jesucristo. Entonces le rogaron que se quedara con ellos algunos días.
sábado, 2 de mayo de 2015
Reflexión sobre un aspecto de Hechos 9,26-31 - 1° lectura del Domingo 5° de Pascua "La paz religiosa"
"La
Iglesia, entre tanto, gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba consolidando,
vivía en el temor del Señor y crecía en número, asistida por el Espíritu
Santo".
(Hechos 9,31)
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