35 Al día siguiente, estaba Juan otra vez allí con
dos de sus discípulos 36 y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: «Este es el
Cordero de Dios». 37 Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a
Jesús. 38 El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: «¿Qué
quieren?». Ellos le respondieron: «Rabbí –que traducido significa Maestro–
¿dónde vives?». 39 «Vengan y lo verán», les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y
se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde. 40 Uno de
los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el
hermano de Simón Pedro. 41 Al primero que encontró fue a su propio hermano
Simón, y le dijo «Hemos encontrado al Mesías», que traducido significa Cristo.
42 Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: «Tú eres
Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas», que traducido significa Pedro. (Juan 1,35-42).
Introducción
En una mirada global podemos observar
que nuestra sección litúrgica (1,35-42) forma parte de "una semana"
en el Evangelio de Juan:
1er. día (1,19-28) El protagonismo lo
ocupa Juan Bautista y Jesús no está presente.
2do. día (1,29-34) "Al día
siguiente" (v.29). Sigue Juan Bautista y se presenta Jesús.
3er. día (1,35-42) "Al día
siguiente" (v.35). Sigue presente Juan Bautista pero dos de sus discípulos
deciden seguir a Jesús.
4to. día (1,43-51) "Al día
siguiente" (v.43.). El protagonismo lo tiene Jesús y Juan Bautista no está
presente.
Fin de la semana (2,1-11) "Y al
día tercero" (v.1). Narración del signo de Caná.
Así, en el relato, va decreciendo el
Bautista, va creciendo Jesús y llega a su clímax con la manifestación de su
gloria en las bodas de Caná. De hecho, en el Evangelio joánico la figura del
Bautista no es más que un testigo de Jesucristo: en el 1er. día el Bautista se
ha presentado despojándose rápido de los tres títulos más esperados por la
apocalíptica judía: Mesías, el Profeta (nuevo Moisés) y Elías. Luego, es
identificado con "la voz en el desierto" (1,23) coincidiendo con
todos los sinópticos en este punto (cf. Isaías 40,3). Así, en el Cuarto
Evangelio, mientras Jesús es "el Logos", el Bautista es sólo "la
voz".
Ahora, estamos en el tercer día de esa
semana, momento en el cual comienza a crecer Jesús ministerialmente.
Género literario
Hay complejidad en la perícopa
(1,35-42), contiene una síntesis cristológica, eclesial, histórica, etc. Son niveles
armoniosamente superpuestos en una nueva perspectiva: la visión joánica.
Proponemos "relato de vocación testimonial".
Comentario:
La contemplación y predicación de Juan Bautista: 35 Al día siguiente, estaba Juan otra vez allí con
dos de sus discípulos 36 y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: «Este es el Cordero
de Dios».
Juan Bautista está allí como inmóvil,
en pie (en griego está en modo imperfecto) contemplando a Jesús caminar, el
Bautista fija los ojos en Jesús (el verbo es emblepein), las preguntas que deberíamos hacernos son: ¿de dónde viene Jesús? y ¿a dónde va Jesús? porque de esto trata
la dinámica de nuestra sección y nuestra intención de seguirlo a Él.
¿De dónde viene Jesús?: El Bautista
vuelve a designarlo como en 1,29 como el "Cordero de Dios", es el que viene de Dios, y ahí
tenemos la primera respuesta: Jesús viene de Dios, tal como lo ha expresado
el Prólogo del Evangelio. Juan Bautista predica la Palabra de Dios de manera
clara y concisa: vean al Cordero de Dios, esto se destaca como una metáfora
pastoril acerca del discipulado y no de pesca. Es interesante notar que la
sección se inicia con Juan Bautista y dos de sus discípulos y concluye con el
solemne llamado a Pedro para seguir a Jesús. (Para más información sobre el
significado del "Cordero de Dios" en Juan ver: http://desarrollobiblico.blogspot.com.ar/2014/01/estudio-sobre-juan-129-34-aporte-para.html).
La predicación de Juan Bautista:
1) Su mensaje es Cristo
2) Su intención es dirigir hacia Cristo
a sus propios discípulos, sin egoísmo ni "vedetismo".
Una teología del discipulado concentrada: 37 Los dos discípulos, al oírlo
hablar así, siguieron a Jesús. 38 El se dio vuelta y, viendo que lo seguían,
les preguntó: «¿Qué quieren?». Ellos le respondieron: «Rabbí –que traducido
significa Maestro– ¿dónde vives?». 39 «Vengan y lo verán», les dijo. Fueron,
vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de
la tarde.
Los
dos primeros discípulos de Jesús, según el Evangelio de Juan, salen del grupo
del Bautista y deciden seguirlo, uno de ellos es Andrés (v.40) y del otro no
tenemos el nombre (es aventurado sostener que se trate del "discípulo
amado", como fruto de una lectura "entre líneas" y sin poder
comprobarlo).
Jesús
"se vuelve" hacia quienes lo siguen y pregunta ¿qué buscan? (en gr. zeteite, verbo zetein), superficialmente significa "querer" y más
profundamente "buscar". Ellos lo llaman "Rabí" que en Juan
corresponde a quienes tienen una fe débil o incipiente, en este caso mejor es
incipiente.
Le
preguntan ¿dónde permaneces? (meneis,
verbo gr. menein), esto es mucho más
que alojarse o habitar, ya que tiene resonancias teológicas hacia la eternidad
en el Evangelio de Juan. Curiosamente, mucha gente se complace en una
interpretación de tipo existencialista: ¿dónde vives? pero dramáticamente esto
va en una dirección muy distinta a la de Jesús aquí. Precisamente, lo que
abruma a los dos discípulos y quieren superar es la insoportable levedad
existencial y la muerte, Jesús viene de Dios (Prólogo) y se dirige a la
eternidad como Dios Hijo unigénito (cf. Juan 1,18). Es la respuesta a la segunda pregunta que nos hicimos: Jesús va a la
eternidad, al seno del Padre.
Y los discípulos se quedaron permaneciendo con
Él hasta la hora décima (cuatro de la tarde en versión argentina). Creemos que
Juan cuenta las horas del día desde las 6 de la mañana y las de la noche desde
las 6 de la tarde (ver p.e. el Relato de la Pasión y Glorificación del Señor en
Juan).
Entre los vv.37-39 hay una teología del
discipulado concentrada:
1)
Escuchar atentamente la Palabra de Dios.
2)
Estar receptivos a la presencia del Señor que viene de Dios y pasa entre
nosotros o cerca de nosotros y nos pregunta ¿qué buscan?
3)
Seguir a Jesús, más allá de nuestros existencismos hasta la eternidad. Desear
permanecer con Él.
4)
Ir con Jesús, caminar siguiéndolo a Él significa dejar de ser ciegos, metafóricamente
hablando, el discípulo cristiano deja de ser un ciego en el Evangelio joánico
porque Jesús nos invita a ver. Por lo tanto, esa falsa humildad que glorifica la ignorancia, la chatura y la chapucería no es otra cosa que soberbia
disfrazada de humildad.
40 Uno de los dos que oyeron las
palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro. 41
Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo «Hemos
encontrado al Mesías», que traducido significa Cristo. 42 Entonces lo llevó a
donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan:
tú te llamarás Cefas», que traducido significa Pedro.
Jesús lo mira
profundamente (gr. emblepsas), lo
mira con discernimiento al hermano de Andrés y le cambia el nombre por el apodo
de "piedra" o Pedro, una palabra que connota creatividad y firmeza,
al mismo tiempo.
El ejemplo de Andrés: Atraviesa toda nuestra sección aprendiendo a ser discípulo, desarrolla
una experiencia. Hoy podemos decir ¡somos todos Andrés! para identificarnos
mejor con esta Palabra viva:
1) Escucha
con atención la Palabra de Dios (vv.35-36).
2) Pone en
marcha la moción espiritual que ha recibido (v.37).
3) Decide
buscar el sentido trascendente de su vida, ve a Cristo, sigue a Cristo,
permanece con Cristo (vv.38-39).
4) La
primera preocupación misionera de Andrés es hacia su familia (v.41-42). La
familia es tierra de misión.
5) Su
hermano recibe un gran llamado de parte de Jesús (v.42). Estemos dispuestos a
ser dignamente superados por nuestros propios familiares y hermanos en Cristo.
¡Qué lección de discipulado en Juan 1,35-42! Entre
los personajes de la perícopa: Jesús, Pedro, Juan Bautista y Andrés, éste último
es el menos famoso, sin embargo, siguiéndolo a él transversalmente es que
descubrimos esta teología del discipulado. Por eso, podemos decir: ¡somos todos
Andrés! (o deberíamos serlo).
Prof. Mauricio Shara
(Profesor en Teología por la Pontificia
Universidad Católica Argentina)
Bibliografía:
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Domingo Muñoz León, El
Evangelio según san Juan en Comentario Bíblico Latinoamericano NT, Navarra,
Verbo Divino, 2007.
·
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Navarra, Verbo Divino, 2005.
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Felipe Fernández Ramos, Juan en Comentario Casa de la Biblia, Casa de la Biblia y otros,
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Pheme Perkins, Evangelio
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Raymond Brown, El
Evangelio según san Juan. Tomo 1, Madrid, Cristiandad, 1999.
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Xavier León-Dufour, Lectura
del Evangelio de Juan. Tomo 1, Salamanca, Sígueme, 1989.
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Luis Heriberto Rivas, El Evangelio de Juan, Buenos Aires, San Benito, 2005.
·
C.H. Dodd, Interpretación del
Cuarto Evangelio, Madrid, Cristiandad , 1978.
·
Novum Testamentum Graece, 28th revised edition, Edited by Barbara
Aland and others, Stuttgart, Deutsche Bibelgesellschaft, 2012.
Gracias hno.,conmueves,(con todo lo que esta palabra significa),Gracias.
ResponderBorrarmuy interesante
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