51 Yo soy el pan
vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que
yo daré es mi carne para la Vida del mundo». 52 Los judíos discutían entre sí,
diciendo: «¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?». 53 Jesús les respondió:
«Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre,
no tendrán Vida en ustedes. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida
eterna, y yo lo resucitaré en el último día. 55 Porque mi carne es la verdadera
comida y mi sangre, la verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi
sangre permanece en mí y yo en él. 57 Así como yo, que he sido enviado por el
Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come
vivirá por mí. 58 Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus
padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente». (Juan 6,51-58 en versión argentina).
1.
Introducción
A
la perícopa de 6,52-58 se le añade parte de la perícopa anterior (v.51) para
conformar la sección litúrgica (6,51-58). Respecto al v. 51: Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de
este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del
mundo». Notamos que retoma el verbo "comer", (come,
en gr. fage) desde el v.31 y que
reemplaza a "creer" de vv.35.36.47 y se completa una tríada vital:
"venir, creer, comer" que concluye en la vida eterna.
La carne
es expresión de toda la vida humana para los judíos, no hay en ello un dualismo
gnóstico como sugieren algunos separando la "carne" del
"espíritu" y desintegrando al ser humano. Cuando Jesús ofrece su
"carne" se ofrece todo al mundo en una formulación eucarística: el pan que yo
daré es mi carne para la Vida del mundo.
2. Delimitación:
En primer lugar es
necesario encontrar la delimitación del texto (Jn 6, 30-59). Para ello veamos
que a partir del vers. 30 el mismo texto nos muestra a la gente pidiéndole una
señal (semeion) a Jesús y evocan la
entrega del maná en el desierto, siendo que, curiosamente, ya antes han visto un
signo magnífico con la multiplicación de los panes (6,1-15). Por tanto, aquí
nos encontramos con un texto distinto al anterior (6,22-29) que anticipa el
discurso u homilía del Pan de vida (6,32-59). El final del texto ofrece un
cierre que,[1]
además, nos indica algo habitual en Juan y es que Jesús sólo enseña en lugares
sagrados, en este caso en la sinagoga, en Cafarnaún (6,59).
Asimismo, y tal cual
recién mencionamos el contenido del texto refiere, sustancialmente, a que Jesús
es el Pan de Vida[2] y
no a un signo obrado por él. Además, en el texto aparece la expresión
"judíos" como personajes negativos (vv. 31 y 52) que antes y después
del texto (30-59) no existe. Más algunas repeticiones de palabras importantes
que "refuerzan la hipótesis de la unidad":[3]
"pan" (21x), "vida/vivir" (14x).
Ahora, nos queda la
delimitación de la perícopa (6,52-58). Sabemos que dentro de un texto pueden
haber varias unidades que lo forman y que son unidades redondeadas.[4]
No nos detendremos en cada perícopa del texto sino que simplemente intentaremos
descubrir la delimitación de la nuestra (6,52-58). Existen pequeñas variaciones
en las propuestas de distintos estudiosos, p.e. Schnackenburg propone la
perícopa delimitada en 6,52-59, es decir, que simplemente incluye en la misma
la conclusión del v.59.[5]
Dodd entiende que la 3ra. parte del discurso empieza en el v.51 y que el v.59
es la conclusión a todo el discurso.[6]
Antes de seguir mencionando autores, y para evitar que la lectura del trabajo
se haga ardua, preferimos ir directamente a la opción de L.H. Rivas por ser la
que pensamos mejor esquematiza el discurso en cuatro partes: vv.32-33;
vv.34-40; vv.41-51 y vv.52-58 tomando como criterio las respectivas palabras
claves: "les dio"; "pan"; "del cielo"; "para
comer".[7] Luego,
está claro que la perícopa tiene como tesis fundamental que es necesario comer
la carne y beber la sangre de Jesús, como verdadero maná que da la vida eterna.
3. Estructura de la
perícopa (6,52-58)
Primero,
observaremos en el texto los grandes motivos que encontramos:
Luego, y a partir de
esta estructura de sentido global, observamos el contenido de los vv.53-58 a
fin de encontrar motivos más detallados:[10]
v.53 Fórmula
introductoria típica de Jesús (amén, amén)
y motivación negativa
v.54 Declaración con
motivación positiva
v.55 Razón por la cual
comer la carne y beber la sangre de Jesús
v.56 Explicación sobre Permanencia
con Jesús
v.57 Comparación: a)
Jesús vive por el Padre y b) El que come a Jesús vivirá por él
v.58 Nueva comparación:
El maná no da la vida pero el pan bajado del cielo da la vida eterna.
Finalmente, ordenamos
y codificamos la estructura descubierta:
A)
Cuestionamiento de los judíos v.52
B) Jesús
responde introduciendo con una fórmula típica en Juan (amén, amén), vv.53-58:
a) Declaración con
motivación negativa v.53
a') Declaración con
motivación positiva v.54
b) Razón:
resurrección v.55
b') Razón: mutua
permanencia v.56
c) Comparación:
el Padre y Jesús comunican la vida v.57
c') Comparación:
el maná (no comunica la vida) y el pan bajado del cielo (comunica la vida) v.58
Por tanto, según esta
propuesta, los vv.53-58 serían una alternancia con tres series de dos miembros
cada una que tiene un desarrollo creciente. Aunque no se descarta un diagrama
de tipo concéntrico, cuyo corazón estaría en los vv.54-55 considerando un
clímax eucarístico.
4. Género literario
Resulta interesante
tomar primero un comentario general que hace Philip Shuler a los Géneros
literarios de los Evangelios:
Aunque los Evangelios
neo testamentarios tienen el aspecto de una “vida” de Jesús y contienen
tradiciones a partir de la cuales el interprete puede obtener información
biográfica significativa sobre Jesús, los intentos de reconstruir la biografía de Jesús no llegan a
proporcionar un relato definitivo que refleje igualmente las diversas
tradiciones que se encuentran en esos evangelios disponibles para la
investigación. En otras palabras, los Evangelios canónicos no son,
estrictamente hablando, biografías o historias en el sentido en que estos
términos se entienden comúnmente.[11]
Ahora bien, la perícopa
forma parte del discurso u homilía del texto de Jn 6, 30-59. No se encuentra un
autor, entre los estudiados, que proponga otro género diferente al texto. Teresa
Okure solamente pone el acento en el diálogo: "la enseñanza está dispuesta
en forma de diálogo",[12]
o "invitación dialógica".[13]
Raymond Brown llama al texto "discurso sobre el pan de vida".[14]
Y está claro que es un discurso u homilía, pero podemos agregar que Jesús hace
una declaración (eucarística) dentro de su largo discurso.
5. Expresiones claves
de la perícopa
Discutían
del v. 52: "sugiere una discusión violenta".[15]
La reacción que provoca la posibilidad de comer carne humana y el modo en que
lo haría Jesús mueve a la interrogante: "Cómo puede..." estando vivo.[16]
Amén, Amén
del v. 53: Se trata de una fórmula que anticipa una solemne definición,
en el Evangelio de Juan es siempre repetido, Amén, Amén. Según Joachim Jeremias
la duplicación nace la usanza litúrgica judía; atestiguada en AT, Qumrán,
Pseudo Filón, Talmud, oraciones, inscripciones y textos mágicos.[17]
A esta fórmula le sigue la declaración del v. 53: comer la carne y beber la
sangre del Hijo del hombre.
Hijo del hombre
del v.53: Es la única vez en la perícopa en que Jesús habla de sí mismo
en 3ra. persona. "El Hijo del hombre joánico es el Hijo de Dios; descendió
del cielo y ascendió de nuevo al cielo (3,13; 6,62; etc.). Está en íntima unión
con Dios, que 'habita en él'."[18]
Precisamente, el alimento que será dado es la carne y la sangre del Hijo del
hombre.
Comer la carne y beber la sangre:
Pudo
resultar horroroso escuchar esto, además de la cuestión de la repugnancia por
la antropofagia, por los castigos involucrados por hacerlo (Lv 26,29; Dt 28,53-57;
Jer 19,9; Ez 5,10, etc.). Más repugnante sonaba a los oyentes de la homilía el
"beber la sangre", ya que estaba reiteradamente prohibido en el AT
(Gn 9,4; Dt 12, 16-23; Lv 3,17; 7,26-27; 17, 10-14; 19, 26) con sentencia de
muerte para quien la violara (Lv 7,27; 17,14).[19]
Comer:
Hasta el v.53 el verbo era "éfagon"
pero en los vv.54.56.57.58 será "trogon".[20]
En el v.58 dice "éfagon"
para referirse a los padres que comieron el maná y murieron.
En
el griego corriente se usaba este verbo (trógein) aplicándolo
principalmente a los animales, pero al menos desde tiempo de Herodoto se
aplicaba también a las personas. Tiene un matiz de cierta crudeza (cf. Mt
24,38), que a veces se intenta reflejar en las traducciones. Algunos
investigadores lo niegan, afirmando que Juan lo utiliza simplemente como
presente de esthiein, el verbo que normalmente se usa para expresar la
acción de «comer». Sin embargo, en este caso se trata verosímilmente de
acentuar el realismo de la carne y la sangre de la Eucaristía. Fuera de esta
sección sólo aparece, por lo que a Juan se refiere, en 13,18, donde, en el
contexto de la última cena, se introduce deliberadamente en una cita del AT,
probablemente con el valor de un recuerdo eucarístico.[21]
Verdadero
en el v.55: "Alethés"
significa "verdadero", "verírico". También puede ser
"genuino", "auténtico", "real".[22]
Permanecer en
el v.56: "Menein" es uno de
los vocablo más utilizados por Juan. La permanencia es una nota característica
de lo divino cuando se lo compara con la transitoriedad de las cosas
terrenales.[23] A
este vocablo se agrega luego el "vivir en" del v.57 porque se cree
que este material formaba parte de las antiguas tradiciones joánicas sobre la
Cena.[24]
"Lo que Jesús pretende es más bien
insistir en el valor genuino de su carne y de su sangre como comida y bebida".[25]
6. ¿La perícopa es una
inserción posterior o forma parte de la unidad original del texto?
El argumento principal
a favor de una inserción posterior entiende a la eucaristía como una
"corrección al texto" para adecuarlo a la ortodoxia naciente, es la
tesis de Bultmann.[26]
Según entienden algunos a la eucaristía como un medio efectivo para alcanzar
fuerzas celestiales, contradiciendo al evangelista, para quien la salvación se
logra mediante la fe.[27]
Así, consideran que "comer y beber" no se trata de actos fisiológicos
sino espirituales y envían al lector a leer el v.63 que dice: "el espíritu
es lo que vivifica, la carne no aprovecha nada".
Sobre esto hay que
decir que este argumento es deficiente ya que, como opina Perkins, aunque se
tratara de una inserción posterior igualmente no rompe la unidad del discurso
del Pan de vida ni estorba su desarrollo,[28]
sino que más bien introduce al lector en un plano más profundo de entendimiento
acerca de la persona de Jesús, llegando a la eucaristía como culminación de
todo el discurso.[29]
Por otro lado, el Evangelio joánico comienza diciendo que el "Logos se
hizo carne" en el prólogo y además en el v.63 se entiende la
"carne" como la pura capacidad humana sin ayuda divina.[30]
Además, como ya
dijimos: el contenido del texto refiere, sustancialmente, a que Jesús es el Pan
de Vida y no a un signo obrado por él, además en el texto aparece la expresión
"judíos" como personajes negativos (vv. 31 y 52) que antes y después
del texto (30-59) no existe. Más algunas repeticiones de palabras importantes
que "refuerzan la hipótesis de la unidad":[31]
"pan" (21x), "vida/vivir" (14x).
7. Principales tradiciones
relacionadas con la perícopa
Intentaremos seguir los
consejos de René Krüger en relación a "reconocer que los textos neotestamentarios
no se produjeron en un vacío" (...) y tratar de "identificar
conceptos, motivos y tradiciones"[32]
provenientes del AT, de diversas tradiciones judías o del helenismo.
Acá, primeramente,
debemos decir que "Juan, aunque no cuente la institución de la eucaristía,
no la silencia por completo; se puede reconocer en él una dependencia de la
tradición que transmitía la Cena del Señor".[33]
Resulta muy artificioso el intento de aislar al autor sagrado de toda
influencia eucarística ya que era una tradición fundamental, al punto que ya la
había mencionado san Pablo en 1 Co 11, 23-26, siendo que no es un tema central
en la predicación paulina. Porque la eucaristía que se celebra en el seno de la
comunidad primitiva, no es un acontecer separado de la vida comunitaria sino
que acontece siempre vinculado a la salvación, como también es el bautismo.[34]
Luego, "el pan
bajado del cielo" hace referencia al inicio de la homilía en que la gente
le pide una señal a Jesús citando el Salmo 78,24 reestructurado por el
evangelista: "pan desde el cielo dio para ellos para comer".[35]
Respecto a esto, en la tradición rabínica posterior la renovación del don del
maná era una expectación escatológica judía, un midrash sobre el nuevo maná, pudiendo ser que la gente le pide esto
como señal y Jesús se encarga de aclarar cuál es el verdadero "pan del
cielo" que no se corrompe. Otra línea rabínica posterior señala que se
asocia a la Torá con el maná, "pan de la Torá", pudiendo ser que el
argumento fuese que el maná no es verdadero pan y el "pan de la Torá"
no es vida eterna, sino que esto es don de Dios dado por Cristo.[36]
"Cristo ofrece su carne como alimento
de eternidad, que al mismo tiempo es carne de la víctima que se ofrece como
sacrificio por los pecados y rebeldías de todos los hombres. El maná descendía del cielo y se
diluía o se corrompía, pero Cristo permanece para siempre e introduce a los
hombres en la participación de la intimidad de la vida divina, para que el
hombre también pueda gozar de una permanencia para siempre. El verdadero maná nos ofrece los bienes
imperecederos, y al mismo tiempo otorga a los hombres un espacio de unión
indestructible. La participación de la eucaristía, comida de la carne del Hijo
del hombre, es el comienzo de la escatología, que llegará a su plenitud cuando
veamos a Dios tal como es (1Jn 3,2), es comunión con el Cristo glorioso y con
todos los hombres que están unidos con El. Esta comunión realiza plenamente lo
que la antigua Alianza solamente hacía vislumbrar. El nuevo maná se presenta
como la Sabiduría de Dios, la Palabra de Dios que recorre todo el universo y lo
llena todo. Participar de su banquete es vislumbrar también una misteriosa
comunión con toda la creación renovada por la obra redentora. A todos los
hombres que peregrinan penosamente en busca de una patria perdurable, que
quieren sanar las heridas dejadas por el pecado, que tratan de alcanzar una
unión estable con los demás hombres, la Iglesia les ofrece lo que ha recibido
de Cristo: "Tomen y coman".[37]
8. Conclusión
Ahora, tratamos de
seguir el sabio consejo de Josef Schreiner: "Toda interpretación bíblica
tiene que abarcar dos elementos que, considerados en sí mismos, no pueden
separarse por completo: la constatación de 'lo que dice ahí', y la comprensión
de lo que se ha constatado que dice".[38] Es decir, la exégesis científica y la interpretación
teológica. Luego de haber visto las principales connotaciones exegéticas de la
perícopa debemos recordar que respecto a la interpretación teológica de la
misma es importante realizar un breve relevamiento de opiniones.
Solamente unos pocos
padres hacen una interpretación alegórica de la perícopa: Clemente de
Alejandría y pareciera que Orígenes. Curiosamente, un antioqueno: Teodoro de
Heraclea.
Así, la mayor parte de
las interpretaciones de la perícopa son eucarísticas:[39]
Los alejandrinos Amonio y Cirilo.[40]
En Palestina, ya Ignacio de Antioquía y Justino. Cirilo de Jerusalén,[41]
las homilías de Juan Crisóstomo[42]
y el comentario de Teodoro de Mopsuestia.
En la Iglesia latina
Ambrosio y Agustín[43]
hacen una exposición eucarística de la perícopa. Pero luego entre los
reformadores se sintió fuerte el comentario agustiniano de Jn 6,29, Tract. XXV,
12. Lutero aunque entendía la presencia real del Verbo encarnado en la Cena del
Señor puso el énfasis en la recepción espiritual de la fe al interpretar Juan
6, Zwinglo se apoya en Jn 6,63, para hacer una interpretación espiritualista
del pasaje. Aunque hubo algún católico en Trento que seguía esta línea "espiritual"
p.e. Cayetano.
En fin, hay algo que
transcurre dinámicamente en la tensión teológica joánica entre el Logos
encarnado y la fe como requisito único de salvación, por eso no deben ser
negados ninguno de estos dos polos de tensión presentes en el Cuarto Evangelio.
Así, la eucaristía es para Juan una manera de comunicación y mantenimiento de
la vida por el Hijo de Dios, que, después de su muerte y resurrección se brinda
sacramentalmente a todos los creyentes en su carne y su sangre por la acción
del Espíritu porque sin Él lo material no aprovecha nada (Cf. 6,63).
¡Venir a Él, creer en Él, comer de Él y
vivir por Él!
Prof.
Mauricio Shara
(Profesor en Teología
por la Pontificia UCA)
Bibliografía:
Xavier
León-Dufour, Lectura del
Evangelio de Juan. Vol. II, Salamanca, Sígueme, 1992
Luis
Heriberto Rivas, El
Evangelio de Juan, Buenos Aires, San Benito, 2005
Wim
Weren,
Métodos de exégesis de los Evangelios,
Navarra, Verbo Divino, 2003
Rudolf
Schnackenburg, El Evangelio
según san Juan. T II, Barcelona, Herder, 1980
C.H.
Dodd,
Interpretación del Cuarto Evangelio,
Madrid, Cristiandad
José
Caba,
Cristo. Pan de Vida, Madrid, BAC,
1993
Philip
L. Shuler en Comentario Bíblico Internacional, Navarra, Verbo
Divino, 2005
Teresa
Okure,
Juan, en Comentario Bíblico
Internacional.
Joachim
Jeremias,
Teología del Nuevo Testamento. Vol. I,
Salamanca, Sígueme, 1973
Pheme
Perkins,
Evangelio de Juan en Comentario
Bíblico San Jerónimo, Navarra, Verbo Divino, 2004
Krüger;
S. Croatto; N. Míguez, Métodos exegéticos, Buenos Aires, ISEDET, 1996
J. Schreiner, Introducción a los métodos de la exégesis bíblica, Barcelona,
Herder, 1974
[1] Cf. Xavier León-Dufour, Lectura
del Evangelio de Juan. Vol. II, Salamanca, Sígueme, 1992, 103
[2] La homilía comenzará sobre el
texto de Salmo 78,24. Cf. Luis Heriberto Rivas, El Evangelio de Juan, Buenos Aires, San Benito, 2005, 234
[3] Ibid.,221
[4] Cf. Wim Weren, Métodos de
exégesis de los Evangelios, Navarra, Verbo Divino, 2003, 29
[5] Cf. Rudolf Schnackenburg, El
Evangelio según san Juan. T II, Barcelona, Herder, 1980, 98-114
[6] C.H.
Dodd, Interpretación del Cuarto
Evangelio, Madrid, Cristiandad, 339-341
[7] Cf. L.H. Rivas, El
Evangelio, 222-234
[8] Ibid.,222
[9] Cf. Ibid.,222
[10] Acá considero y luego me
distancio del análisis de José Caba,
Cristo. Pan de Vida, Madrid, BAC, 1993,
345-348.
[11] Philip
L. Shuler en Comentario Bíblico Internacional, Navarra, Verbo Divino,
2005, 1137.
[12] Teresa
Okure, Juan, en Comentario Bíblico
Internacional, 1340.
[13] Ibid., 1327
[14] Raymond
Brown, El Evangelio según Juan,
Madrid, Cristiandad, 1999, 539
[15] Raymond
Brown, El Evangelio, 558
[16] Cf.
L.H. Rivas, El Evangelio, 231
[17] Joachim
Jeremias, Teología del Nuevo
Testamento. Vol. I, Salamanca, Sígueme, 1973, 51
[18] C.H.
Dodd, Interpretación, 248.
[19] Cf. L.H. Rivas, o.c., 231.
[20]
Cf. Ibid., 232.
[21] Raymond Brown, El Evangelio, 558
[22] C.H.
Dodd, o.c., 178
[23] L.H.
Rivas, o.c., 233
[24] Cf. Pheme Perkins, Evangelio
de Juan en Comentario Bíblico San Jerónimo, Navarra, Verbo Divino, 2004,
554
[25] Raymond
Brown, o.c., 559
[26] Cf. Pheme Perkins, Evangelio
de Juan, 554
[27] Cf. R.
Schnackenburg, El Evangelio según san Juan. T II, 99
[28] Cf. Pheme Perkins, o.c., 554
[29] L.H.
Rivas, o.c., 221
[30] Ibid., 236
[31] Ibid.,221
[32] R. Krüger; S.
Croatto; N. Míguez, Métodos exegéticos, Buenos Aires,
ISEDET, 1996, 212
[33] José Caba, Cristo, 465
[34] Cf. R.
Schnackenburg, o.c.,
112
[35] L.H.
Rivas, o.c.,220
[36] Cf. C.H.
Dodd, o.c., 336-337
[37] Luis
H. Rivas, Las tradiciones del maná
y el cap. VI del Evangelio de Juan, 1984.
[38] J.
Schreiner, Introducción a los
métodos de la exégesis bíblica, Barcelona, Herder, 1974, 111
[39] Seguimos a R. Schnackenburg, o.c., 109-111
[40] Comentario a san Juan, L, IV, c.2
[41] Catequesis IV mistagógica
[42] Homilías sobre san JuanXLVI
[43] Comentarios al Evangelio de Juan;
XXVI, 10-20
Profundo estudio sobre la Institucion de la Eucaristia.! En mi caso, como suele ocurrir, cuan-
ResponderBorrardo todo me era facil, comulgaba casi a diario y me parecia lo mas natural. Hoy que se me ha-
ce dificultoso, valoro mucho mas cada Comunion.
Te alabo y te bendigo Hostia Santa Inmaculada, Pan de Vida...!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ETELVINA
FIESTA DEL COMPARTIR
ResponderBorrarNo te pierdas la fiesta
fiesta del amor, del compartir
de Jesus en la Eucaristia
en cuerpo y sangre recibir.
La fiesta se celebra
en la mesa del altar
compartiendo el pan
que por manos del sacerdote
se parte, reparte y comparte
mostrando El, su manera de amar.
En la Comunion encontraras
el secreto de nueva vida
te perdona, sana, restania tus heridas,
para siempre alli,te entregaras
Cristo sera, alimento, fortaleza, paz.
Recibelo con frecuencia
no te pierdas la fiesta del compartir
alojalo en el sagrario de tu alma
para en plenitud, poder vivir.!
Ma. ETELVINA GIMENEZ
Amén
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