31 Llegarán los días –oráculo del Señor– en que
estableceré una nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá. 32 No
será como la Alianza que establecí con sus padres el día en que los tomé de la
mano para hacerlos salir del país de Egipto, mi Alianza que ellos rompieron,
aunque yo era su dueño –oráculo del Señor–. 33 Esta es la Alianza que
estableceré con la casa de Israel, después de aquellos días –oráculo del
Señor–: pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones; yo seré
su Dios y ellos serán mi Pueblo. 34 Y ya no tendrán que enseñarse mutuamente,
diciéndose el uno al otro: «Conozcan al Señor». Porque todos me conocerán, del
más pequeño al más grande –oráculo del Señor–. Porque yo habré perdonado su
iniquidad y no me acordaré más de su pecado.
(Jeremías 31,31-34)
Introducción
El
libro de Jeremías se refiere a la predicación del profeta del mismo nombre
realizada en Judá a fines del siglo VI a.C. Es una de las obras más fascinantes
del AT por la relación que plantea entre Dios, el profeta y el pueblo. Además,
está lleno de pasión profética en una época muy difícil y tiene una gran
maestría en su composición.
Por
otro lado, presenta muchas dificultades, especialmente en las grandes
diferencias entre el texto hebreo masorético (TM) y el texto griego de la
Septuaginta (LXX). Esto se debe al proceso de recepción tanto de la predicación
original como del texto original (que no disponemos) p.e. en Qumrán se han
encontrado varias copias de Jeremías de carácter fragmentario que se
corresponden a una versión larga y a otra corta del libro. Además, hay una
serie de problemas cronológicos en toda la obra. Eso da lugar a pensar en un
proceso en el cual el profeta Jeremías original se inserta en el personaje
Jeremías dentro de la obra.
Esto
habla muy bien de la comunidad receptora del mensaje profético porque no
eliminó una versión en favor de otra para imponer sus propias ideas, sino que
respetó distintas perspectivas sobre un mismo mensaje. Así no se rompe la
relación original entre Dios, el profeta y el pueblo.
Estructuras o
"el juego de las matrioskas":
Aún
con las dificultades que plantea el libro de Jeremías podemos ubicar la sección
litúrgica (31,31-34) dentro de todo un texto que identificaremos como "la
Nueva Alianza escrita en los corazones" (31,31-33,26), ubicado entre
"las experiencias de Judá e Israel y las promesas de restauración"
(30,1-31,30) y "las experiencias del profeta Jeremías y su mensaje no
escuchado" (34,1-38,28).
Pero
también hay quienes a los capítulos 30-31 los llaman "el libro de la
consolación de Jeremías", dentro de él se encuentra nuestra sección
litúrgica (31,31-34). Si jugamos a "abrir las matrioskas", esas
muñecas rusas que se van abriendo y dentro se encuentra otra, y miramos dentro
de este "libro de la consolación" (caps. 30-31) podemos observar los
siguientes grupos de versículos:
Introducción
30,1-4
I
Poema 30,5-11
II
Poema 30,12-17
III
Poema 30,18-31,1
IV
Poema 31,2-6
V
Poema 31,7-14
VI
Poema 31,15-22
Conclusión
en prosa 31,23-40
Ahora,
abrimos la última "matrioska", a la que hemos llamado "Conclusión
en prosa" (31,23-40) y vemos 2 partes, ambas empiezan con la fórmula
"Así dice YWHW" y ambas terminan con la fórmula esperanzadora
"ya no":
I
parte 31,23-34
II
parte 31,35-40
Finalmente,
tomamos la I parte (31,23-34) y "abrimos esta matrioska" y allí
encontramos otras tres:
1)
31,23-26 cita lo que dirá el pueblo y el v.26 cambia el sujeto.
2)
31,27-30 cita lo que dice YHWH
3)
31,31-34 cita lo que dice YHWH
Por
eso, resulta injusto separar la sección litúrgica (31,31-34) de la conclusión
(31,23-40). Es decir, que es bueno salir un poco de una apropiación puramente
cristiana para ir en busca de una hermenéutica también cristiana pero en
contexto judeo-cristiano. Esto no es caprichoso ya que la Nueva Alianza en
Jeremías está en continuidad con las anteriores y perfeccionada.
Comentario
La
alianza de corte político y legal como la del Sinaí (Ex caps. 20-24) tiene
intereses en común con Amós y Oseas en el reino del norte y también con Isaías
y Miqueas en Judá como p.e. esclavos, extranjeros, cuestiones económicas, comerciales
y financieras. Todos estos intereses son propios ellos de una sociedad
sedentaria. La alianza de Josué 24, de origen deuteronomista, también es de
corte político.
Sin
embargo, aunque tiene intereses comunes con la alianza sinaítica podemos
encontrar una más relacional, más amorosa, más nupcial en la alianza de Oseas
cap. 2.
Ahora,
Jeremías ante la caída de Judá bajo el ejército babilonio de Nabucodonosor
propone una Nueva Alianza, una "berit
hadashá" (31,31) que en lenguaje bíblico significa también
"última, definitiva alianza", una alianza que supera los enlaces
políticos y se enraíza en el interior, en los corazones. Para entender mejor
esto de llamar "nuevo" a lo "final" pensemos que así como
Jeremías se refiere a lo definitivo y último como lo "nuevo", los
cristianos llamamos "novísimos" a las realidades escatológicas,
últimas, definitivas: muerte, juicio, infierno, gloria.
Este
pasaje litúrgico (31,31-34) es también la cita más extensa del AT en el NT: Hebreos
8,8-12:
8 En cambio, Dios hizo al pueblo este reproche:
"Llegarán los días –dice el Señor– en que haré una Nueva Alianza con la
casa de Israel y la casa de Judá, 9 no como aquella que hice con sus padres el
día en que los tomé de la mano para sacarlos de Egipto. Ya que ellos no
permanecieron fieles a mi Alianza, yo me despreocupé de ellos –dice el Señor–:
10 Y ésta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel después de
aquellos días –dice el Señor–: Pondré mis leyes en su conciencia, las grabaré
en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo. 11 Entonces nadie
tendrá que instruir a su compatriota ni a su hermano, diciendo: «Conoce al
Señor»; porque todos me conocerán, desde el más pequeño al más grande. 12
Porque yo perdonaré sus iniquidades y no me acordaré más de sus pecados".
Las
alianzas políticas, exteriores y públicas siempre fueron rotas por el pueblo de
Dios por eso son sustituidas por una Nueva Alianza más íntima, en la
conciencia, en el interior del ser humano. Las tablas de piedra son
reemplazadas por los corazones humanos. La obligación legal y política es
reemplazada por el "conocimiento de YHWH", es decir, en la
inteligencia, en el afecto, en la voluntad y en la acción. El ser humano es
impregnado por Dios, que ya no sólo camina a su lado, sino que está presente
dentro de él, respetando su plena libertad. Al pecado le sucede el perdón de
Dios y al temor le sucede la comunión íntima con Dios.
Jesucristo
evoca la Alianza de Jeremías, la confirma y la lleva a su plenitud, esto se
corrobora además del pasaje de Hebreos 8,8-12 en los relatos de la institución
de la eucaristía bajo la perspectiva paulina (I Corintios 11,23-27) y lucana
(Lucas 22,19-20).
Una
Nueva Alianza que no es producto de consensos políticos y sociales que son luego
teologizados, sino que es fruto de la encarnación, de la humanización de Dios y
su anhelo de relación amorosa, indestructible, con nosotros por medio de
Jesucristo. Como dice Hebreos 8,13: Al hablar de una Nueva
Alianza, Dios declara anticuada la primera, y lo que es viejo y anticuado está
a punto de desaparecer.
¡Que
así sea entre nosotros porque así es y así será!
Prof.
Mauricio Shara
Bibliografía:
·
Mercedes García Bachmann, Jeremías en Comentario Bíblico Latinoamericano NT, Navarra, Verbo
Divino, 2007.
·
Gianfranco Ravasi, La
Biblia en un fragmento. Una alianza nueva, Maliaño, Sal Terrae, 2014.
·
Georg Fisher, Guía
espiritual del AT. El libro de Jeremías, Barcelona, Madrid, Herder, Ciudad
Nueva, 1996.
·
Jacques Briend, El
libro de Jeremías. CB 40, Estella, Verbo Divino, 1983.
·
José María Abrego de Lacy, Jeremías en Comentario Casa de la
Biblia, Casa de la Biblia y otros, 1995.
·
Barbara Bozak, Jeremías
en Comentario Bíblico Internacional, Navarra, Verbo Divino, 2005.
Insto meditar en esta Cuaresma, transitandi ya Semana Santa, Jer. 31-33...!!!
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