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sábado, 7 de noviembre de 2015

La fábula de Jotam - Jc 9,8-15 - Dios quiebra la "inquebrantable" voluntad de poder de un rey sanguinario


8 Los árboles se pusieron en camino para ungir a un rey que los gobernará. Entonces dijeron al olivo: «Sé tú nuestro rey». 9 Pero el olivo les respondió: «¿Voy a renunciar a mi aceite con el que se honra a los dioses y a los hombres, para ir a mecerme por encima de los árboles? 10 Los árboles dijeron a la higuera: «Ven tú a reinar sobre nosotros». 11 Pero la higuera les respondió: «¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso fruto, para ir a mecerme por encima de los árboles?» 12 Los árboles le dijeron a la vid: «Ven tú a reinar sobre nosotros». 13 Pero la vid les respondió: «¿Voy a renunciar a mi mosto que alegra a los dioses y a los hombres, para ir a mecerme por encima de los árboles?». 14 Entonces, todos los árboles dijeron a la zarza: «Ven tú a reinar sobre nosotros». 15 Pero la zarza respondió a los árboles: «Si de veras quieren ungirme para que reine sobre ustedes, vengan a cobijarse bajo mi sombra; de lo contrario, saldrá fuego de la zarza y consumirá los cedros del Líbano». (Jueces 9,8-15).



Ésta es una fábula ya que se trata de una alegoría de carácter moralizante en la que intervienen plantas con actitudes humanas. Quien la cuenta es Jotam, el hermano menor de Abimélec, quien se había escondido para salvarse de la matanza realizada por su hermano mayor, quien con tal de acumular el poder en sí mismo había asesinado a todo su clan familiar por considerarlos peligrosos para sus planes políticos.

Jotam había huido hacia el monte Garizín, desde ahí  (Jc 9,7) proclamará esta advertencia a los ciudadanos de Siquem acerca del paso que están por dar proclamando rey a su ambicioso hermano, sediento de poder político.

En la fábula intervienen los árboles más típicos de la tierra santa: el olivo, la higuera y la vid ante quienes las demás plantas les solicitan, uno a uno, que reinen sobre ellos, sin embargo cada una de estas especies está muy feliz realizando lo que producen en favor del hombre y no necesitan ser idolatrados por las demás plantas, no necesitan de "aplaudidores", ni de "cholulos" embelesados. Sólo queda la zarza, la más inútil de estas plantas, la de menor valor. Se "agranda Chacarita" y pretende que todos los árboles se dobleguen hacia su poca estatura, hasta los bellísimos y valiosos cedros del Líbano tendrán que idolatrarla. En esta palabra de Dios descubrimos que no siempre lo poco, lo de menor valor, es lo bueno. Y puede ser muy malo.

La zarza en esta fábula es una figura que nos muestra a Abimélec y su "inquebrantable" voluntad de poder a cualquier costo. La historia concluye con la derrota de Abimélec (Jc 9,53-57). El texto de Jc 9,16-20 es la aplicación de la fábula hecha por Jotam, pero nosotros podemos descubrir aquí a nefastos personajes megalómanos de la vida política, sin embargo Dios siempre estará para proteger a su pueblo.


Prof. Mauricio Shara              

2 comentarios:

  1. Anónimo11/09/2015

    Dios siempre hablo asi. Pidamos el don para saber interpretar sus mensajes.!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    ETELVINA

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  2. Anónimo11/15/2015

    Dios siempre doblegara a reyes sanguinarios o no, al igual que a estadistas y politicos que solo
    tengan ansias de poder.! El, siempre protegera a su pueblo. No perdamos la ESPERANZA.!!!!!!!!
    Conservemos la Fe...!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    ETELVINA

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