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miércoles, 18 de septiembre de 2013

Los géneros literarios en la Biblia


 
Introducción
 

Lo primero que debemos considerar al abordar la cuestión de los estilos o géneros literarios de la Sagrada Escritura es que la Biblia no es un “libro homogéneo”. El Corán, por ejemplo, es un “libro homogéneo”, con un solo autor,[1] y así lo leen los islámicos. La Biblia, en cambio, fue escrita por muchos hombres[2] e inspirada por el Espíritu Santo a través de los siglos, por lo tanto, su lectura, interpretación y comunicación es muy diferente al ejemplo citado. Asimismo, la Biblia es tanto un libro como también es una Biblioteca.
 


Dos errores comunes:
 
1) Creer que los autores sagrados fueron meros “taquígrafos” del Espíritu Santo, esto nos lleva a “homogeneizar” el conocimiento bíblico de manera artificial y fundamentalista.
2) Creer que la Escritura fue solo una cuestión humana, esto nos lleva a “relativizar” el conocimiento bíblico sin unidad alguna.
 

¿Qué dice el Magisterio de la Iglesia?
 

El Espíritu Santo se valió de los hagiógrafos como instrumentos vivos y conscientes, respetando la libertad, personalidad de cada uno y su creatividad literaria. La constitución Dei Verbum, 11, Concilio Vaticano II:[3] dice: "En la composición de los libros sagrados. Dios se valió de hombres elegidos, que usaban de todas sus facultades y talentos;[4] de este modo, obrando Dios en ellos y por ellos,[5] como verdaderos autores, pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería".[6]   
 
En aquella misma encíclica[7] Pío XII había, en cierta forma, definido "géneros literarios" como: "...qué formas de decir empleó. Porque a nadie se oculta que la norma principal de interpretación es aquella en virtud de la cual se averigua con precisión y se define qué es lo que el escritor pretendió decir,(...)."[8] El exegeta debe averiguar la intención comunicativa de los escritores sagrados y para ello debe considerar los géneros literarios.
 
En el número siguiente de Dei Verbum (12)[9] nos dice:
 
"Habiendo, pues, hablado Dios en la Sagrada Escritura por hombres y a la manera humana,[10] para que el intérprete de la Sagrada Escritura comprenda lo que El quiso comunicarnos, debe investigar con atención lo que pretendieron expresar realmente los hagiógrafos y plugo a Dios manifestar con las palabras de ellos. Para descubrir la intención de los hagiógrafos, entre otras cosas hay que atender a "los géneros literarios". Puesto que la verdad se propone y se expresa de maneras diversas en los textos de diverso género: histórico, profético, poético o en otros géneros literarios. Conviene, además, que el intérprete investigue el sentido que intentó expresar y expresó el hagiógrafo en cada circunstancia según la condición de su tiempo y de su cultura, según los géneros literarios usados en su época[11]. Pues para entender rectamente lo que el autor sagrado quiso afirmar en sus escritos, hay que atender cuidadosamente tanto a las formas nativas usadas de pensar, de hablar o de narrar vigentes en los tiempos del hagiógrafo, como a las que en aquella época solían usarse en el trato mutuo de los hombres."
 
En la instrucción de la PCB "Sancta Mater Ecclesia", 1964, 1[12] nos dice que el exegeta católico deberá servirse de los modernos medios de exégesis, especialmente el método histórico universalmente considerado. Este método estudia con atención las fuentes, define su naturaleza y valor, sirviéndose de la crítica del texto, de la crítica literaria y del conocimiento de las lenguas:
 
"... Ut Evangeliorum perennem veritatem et auctoritatem in plena luce collocet, accurate normas hermeneuticae rationalis et catholicae servant, nova exegeseos adiumenta sollerter adhibebit, praesertim ea quae historica methodus universim considerata affert. Haec sedulo fontes indagat eorumque naturam et vim definit, subsidia per criticen textus, criticen litterariam, cognitionem linguarum sibi comparat. Observabit interpres monitum Pii XII fel. rec., qui ei iniungit ut «prudenter... perquirat quid dicendi forma seu litterarum genus, ab hagiographo adhibitum, ad veram et genuinam conferat interpretationem; ac sibi persuadeat hanc officii sui partem sine magno catholicae exegeseos detrimento neglegi non posse»[13]

 Concepto
 
Los “géneros literariosson los distintos grupos o categorías genéricas en que podemos clasificar y agrupar las obras literarias, prestando atención a las afinidades comunes de forma y de contenido que presentan. Acertar en la determinación del género literario implica abordarlo desde una perspectiva correcta para no distorsionar la interpretación del texto.
 
En la Grecia antigua podemos identificar géneros literarios como la epopeya ("Ilíada" y "Odisea", también "Teogonía" y "Los trabajos y los días" de Hesíodo), la poesía lírica en Píndaro, Safo, Arquíloco, etc. , la tragedia y la comedia, la fábula, etc.  
 
En la Biblia tenemos, básicamente, textos poéticos y textos en prosa. Entre los textos en prosa se destacan: narraciones, novelas, relatos, cartas, leyes, parábolas, exhortaciones. Entre los textos poéticos se destacan: himnos, súplicas, profecías, proverbios, enigmas, bienaventuranzas. Por citar un ejemplo, Paul Ricoer encuentra la siguiente clasificación (La révélation. Bruselas, 1977) con cinco modos de discursos bíblicos:
 
1)      el profético
2)      el narrativo
3)      el prescriptivo (legal)
4)      el sapiencial
5)      el hímnico
 
Por supuesto, que esta clasificación puede abrirse en subgrupos.
 

Proyección a futuro de la cuestión de los "géneros literarios" en la Biblia
 

Ahora bien, atendiendo a los estudios científicos que se han realizado en el campo literario y filosófico, se necesitaría una actualización respecto al concepto un tanto estático de género literario que manejamos en referencia a la Biblia, como si se tratara de "cajas de galletitas" perfectamente ordenadas por tipologías, y la incorporación de una comprensión más amplia y dinámica, ya de alguna manera enunciada en el Magisterio, especialmente en cuanto a cómo se comportan los géneros literarios, su actividad y evolución histórica en la composición de la Biblia y sus diversas recepciones culturales en el pueblo creyente.
 
"El género ha constituido a lo largo del siglo una categoría discutida en los estudios literarios porque es un punto de vista desde el cual atravesar la complejidad del texto, es un modo de ponerlo a trabajar en diferentes emplazamientos. La mutación y la permanencia, en valores desiguales a veces difíciles de determinar, el origen y la evolución, las clases y las denominaciones, el modo de configuración y de funcionamiento son algunos de los problemas que se anudan en torno de esta noción. Lo histórico, lo social y lo lingüístico atañen a toda consideración sobre sistemas de géneros, en la medida en que siempre es una marca de estos campos de fuerza, a la hora de pensar la literatura como producción cultural"[14]
 
Por ejemplo: algo de esto se presenta cuando se busca determinar el género literario del salmo 23, la mayoría de los autores lo ubica como "salmo de confianza" pero H. Schmidt ubica el salmo con un motivo de persecución o acusación a un inocente y la "jurisdicción divina en el santuario", aunque resultan innegables las expresiones de confianza que dominan literariamente el texto.
 
Esto es porque el pueblo del Dios que interviene en la historia ha re-editado su historia con Dios de diversas maneras, en diferentes momentos, de acuerdo a como Dios se nos ha ido re-velando hasta Jesucristo, como nosotros buscamos conocer la verdad asistidos por el Espíritu Santo y como tratamos de vivir en esa verdad que permanentemente se nos des-vela fascinantemente, aunque ya se nos ha re-velado para siempre.
 

Mauricio Shara




[1] Al menos oficialmente.
[2] Las tradiciones pasaron por procesos de transmisión oral, ediciones, re-ediciones, actualizaciones, relecturas, etc.
[3] DH 4215
[4] Cf. Pio XII, Encíclica "Divino Afflante Spiritu", 1943 (AAS 35, 1943, 314/ EnchB n.556).
[5] "En" y "por medio del" hombre: cf. Hebreos 1,1; 4,7 ("en"); II Samuel 23,2; Mt 1,22 y passim ("por medio de").
[6] León XIII, Encíclica "Providentissimus Deus", 1893 (ASS 26, 1893-1894, 288s. EnchB n.125; DH 3293).
[7] Divino Afflante Spiritu
[8] DH 3829
[9] DH 4217-4218
[10] Cf. san Agustín, De civitate Dei, XVII, 6,2 (PL 41,537)
[11] Cf. san Agustín, De doctrina christiana III, 18 n.26 (PL 34,75s)
[12] DH 4402
[13] La última parte del párrafo nos recuerda lo referido en la nota 4 de este trabajo.
[14] Pampa Arán de Meriles, Perspectivas para el Estudio de los Géneros Literarios en el Fin de Siglo. Cyber Humanitatis, Revista de la Revista de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile (2000) 14

1 comentario:

  1. No quiero parecer demasiado condescendiente pero me ha encantado el blog. Enhorabuena.

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