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jueves, 9 de julio de 2015

Los carismas del Espíritu Santo




I. El Don del Espíritu Santo

En el sacramento del bautismo y en la confirmación recibimos al Espíritu Santo como Don: "Recibe por esta señal el Don del Espíritu Santo" reza el Ritual de los Sacramentos. Esto señala que nuestra peregrinación por la vida, la haremos con el fortalecimiento, confirmación que nos trae el Espíritu Santo.


II. Los asuntos o temas espirituales

San Pablo declara en I Co 12,1: "Con relación a los dones espirituales, no quiero, hermanos, que ustedes vivan en la ignorancia". Así traduce la BPD, pero en griego no aparece la palabra "dones" sino que nos habla de "pneumáticos", es decir "asuntos espirituales" o "temas espirituales". Es decir, que la gran sección de I Co 12,1-14,40 nos habla de varias cosas espirituales o temas o asuntos espirituales entre los cuales se encuentran p.e. la diversidad, los dones teologales, los dones y las manifestaciones del Espíritu, cuestiones prácticas.


III. ¿Qué son los carismas?

Son gracias concedidas por la soberanía de Dios. primero tenemos que distinguir dos cosas en cuanto a su finalidad, ambas las tenemos en I Co 12,7: "En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común".

1) Son otorgados por Dios a uno o a unos de manera diversa
2) Son para el bien de todos, el bien común     

Pero en I Co 7,7 el Apóstol habla del celibato como un don, es decir, que está dirigido al bien personal, aunque ese bien personal se amplíe hacia el bien común. Esta doble dirección de los carismas la señala también san Cirilo de Jerusalén (Catequesis XV,19,34). Por eso, la Iglesia también habla de carismas refiriéndose a diversas congregaciones religiosas.

Luego, hay una tendencia en algunas teologías contemporáneas a confundir los carismas con los talentos, pero el carisma es siempre sobrenatural y nunca algo natural transformado o evolucionado. Por eso, los talentos pueden ser hereditarios, en cambio los carismas nunca lo son. Los talentos son naturales y los carismas son sobrenaturales, no deben separarse ni confundirse.

Así también, hay una tendencia en algunos ambientes pastorales a confundir sobrenaturalidad con improvisación, cuando en realidad no son sinónimos. Algo puede ser hecho con total improvisación, "a la que te criaste", "con los dientes", algo que podríamos llamar "berreta" y no por eso es de origen sobrenatural. El Espíritu Santo no ha venido a la Iglesia para empeorar las cosas, sino al contrario, para que lo que hagamos sea del mayor beneficio común. Y algo puede ser hecho con esmero, con dedicación, con amor al prójimo, con profesionalidad, etc. y estar perfectamente asistido por el Espíritu Santo y los carismas en las personas. No confundamos: improvisación no es igual a sobrenaturalidad.

IV. Los carismas mesiánicos

Son los 7 dones que aparecen en Isaías 11,1-3a: Saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces. Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor –y lo inspirará el temor del Señor– La Septuaginta (LXX) y la Vulgata añaden "piedad" por el desdoblamiento de "temor". Así tenemos los 7 dones mesiánicos para ejercer el gobierno con justicia y haciendo valer el derecho. Estos carismas son los anunciados por Isaías para el Mesías, el Cristo.


V. Los carismas y las manifestaciones del Espíritu en I Co 12,7-11

San Pablo habla de carismas o dones y de manifestaciones del Espíritu en la gran sección de I Co 12-14. Si clasificamos la enumeración que realiza en I Co 12,7-11 atendiendo al griego obtenemos lo siguiente:

1) generación de lenguas
2) interpretación de lenguas
3) profecía

4) discernimiento de espíritus
5) palabra de conocimiento
6) palabra de sabiduría

7) manifestación de creencia
8) dones de sanidades (no un singular don de sanador para ser idolatrado, sino diversos dones de sanidades para el bien común, lo mismo en 12, 28.30 )
9) operaciones de milagros (tampoco un singular don de milagrero para ser idolatrado, sino plurales operaciones de milagros para el bien del prójimo)


VI. El Concilio Vaticano II y los carismas del Espíritu

Además, el mismo Espíritu Santo no sólo santifica y dirige el Pueblo de Dios mediante los sacramentos y los misterios y le adorna con virtudes, sino que también distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier condición, distribuyendo a cada uno según quiere (1 Co 12,11) sus dones, con los que les hace aptos y prontos para ejercer las diversas obras y deberes que sean útiles para la renovación y la mayor edificación de la Iglesia, según aquellas palabras: «A cada uno... se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad» (1 Co 12,7). Estos carismas, tanto los extraordinarios como los más comunes y difundidos, deben ser recibidos con gratitud y consuelo, porque son muy adecuados y útiles a las necesidades de la Iglesia. Los dones extraordinarios no deben pedirse temerariamente ni hay que esperar de ellos con presunción los frutos del trabajo apostólico. Y, además, el juicio de su autenticidad y de su ejercicio razonable pertenece a quienes tienen la autoridad en la Iglesia, a los cuales compete ante todo no sofocar el Espíritu, sino probarlo todo y retener lo que es bueno (cf. 1 Ts 5,12 y 19-21). (Lumen Gentium, 12)


Prof. Mauricio Shara    


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2 comentarios:

  1. Anónimo7/13/2015

    Muy bueno, me aclaró mucho y me dio las palabras para corregir cuando pueda, algunos errores que yo misma pueda cometer, las diferencias entre carisma y talento, y, entre improvisación y sobrenaturalidad.. Muchas Gracias.

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  2. Muy bueno Mauricio! Un súper resumen y excelentemente aclarado!

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