29 Lo que quiero decir, hermanos, es esto: queda
poco tiempo. Mientras tanto, los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran;
30 los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se
alegraran; los que compran, como si no poseyeran nada; 31 los que disfrutan del
mundo, como si no disfrutaran. Porque la apariencia de este mundo es pasajera. (I Corintios 7,29-31).
Introducción:
En tiempos de la escritura de esta
carta (55-57 d.C.) por Pablo, la ciudad de Corinto era la capital de la
provincia romana de Acaya, algunos suponen que tenía aprox. medio millón de
habitantes. Estaba situada en un istmo con dos puertos, allí confluía Oriente y
Occidente en una urbe cosmopolita, en la cual los artesanos se nutrían de las
mercaderías traídas por los barcos. Queda el testimonio de sus jarrones (en
varios museos), ruinas de murallas, templos, pórticos, teatro, plaza del
mercado con el tribunal de Galión (Hch 18,12). En la colina que domina la
ciudad se encontraba el templo de Afrodita.
Convivía una gran cantidad de pobres
con algunos ricos y notables. También había una comunidad judía (Hch 18,2-8),
se ha encontrado un arquitrabe de piedra con la inscripción "sinagoga de
los judíos". Allí se realizaban los juegos ístmicos (I Co 9,4).
Además, los corintios eran famosos por
la inmoralidad. San Pablo critica casos graves de lujuria (I Co 5,1-13; 6,9.18-20)
Las dos cartas a los corintios podrían
ser el resultado de varios fragmentos. Hay variaciones en lo que respecta a la
crítica literaria de diferentes autores, en la bibliografía de este pequeño
trabajo hay una diversidad al respecto. Senen Vidal p.e. encuentra que los
caps. 7-9 son todo un fragmento de una de las partes de la carta.
En el cap. 7 encontramos las respuestas
del Apóstol a las preguntas de los corintios (no sabemos cuáles son más que por
relacionar las respuestas de Pablo) en forma de consejos apostólicos referidos
al matrimonio, a la condición social, a la virginidad o celibato y a la
moderación existencial. Encontramos diferentes grupos, a los que se les hace
una recomendación y una concesión. En todo este capítulo solamente una vez san
Pablo refiere un mandato del Señor: la indisolubilidad del matrimonio en 7,10.
Podemos resumir este capítulo en la
siguiente tesis: Lo importante es la
consagración a Dios, sea cual sea el estado de vida como el estado social del
cristiano, tanto el matrimonio como el celibato son dones del Señor (I Co 7,7),
pero Pablo prefiere de manera subjetiva el celibato o virginidad. También, debe
imponerse una moderación existencial debido a la urgencia escatológica.
Entonces, ya estamos en condiciones de proponer
que nuestra sección litúrgica (7,29-31) refiere a una "moderación
existencial por causa escatológica".
Estructura
Proponemos una muy sencilla y
comprensible:
A) Urgencia escatológica v.29a: Lo que quiero
decir, hermanos, es esto: queda poco tiempo.
B) 5 ejemplos de moderación existencial
29b-31a:
B1) Mientras tanto, los que tienen mujer
vivan como si no la tuvieran;
B2) los que lloran, como si no lloraran
B3) los que se alegran, como si no se
alegraran;
B4) los que compran, como si no poseyeran
nada;
B5) los que disfrutan del mundo, como si
no disfrutaran.
A´) Urgencia escatológica v.31b: Porque la
apariencia de este mundo es pasajera.
Comentario
Urgencia escatológica v.29a: Lo que quiero decir, hermanos, es esto: queda poco
tiempo.
Pablo estaba convencido que el retorno
de Jesucristo era inminente, por eso toda la vida debe ser afectada por esta
urgencia escatológica. Pero aunque san Pablo estaba equivocado y han pasado
casi 2000 años de esta declaración suya, sin embargo, resulta provechoso
considerar lo limitado de la vida humana y aplicar una sabia moderación
existencial en nuestro camino a la eternidad con Dios.
5 ejemplos de moderación existencial 29b-31a: Mientras tanto, los que tienen mujer vivan como si
no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como
si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran nada; los que
disfrutan del mundo, como si no disfrutaran.
El matrimonio, las tristezas, las
alegrías, los bienes económicos, la cultura, etc. son para prepararnos para los
bienes eternos. Así, los casados viven sin egoísmo familiar; los que sufren
viven sin melancolía, los que gozan viven sin euforia, los que poseen bienes
viven con desprendimiento, los que no poseen bienes viven sin resentimiento, y
los que disfrutan del mundo viven sin excesos.
Urgencia escatológica v.31b: Porque la apariencia de este mundo es pasajera.
Termina la apariencia, representación o
esquema del mundo ¿para dar paso a otro? ¿como el vestido que se cambia? (cf.
Sal 102,26-27). La palabra griega sjema
("apariencia" en BPD) en este contexto se refiere a la manera de
vivir y las acciones de la humanidad en general, el modo exterior y perceptivo,
la forma existencial.
Conclusión
Lamentablemente, hemos comenzado el
2015 sacudidos por el terrorismo y otros males ¡todo lo contrario a los
consejos del Apóstol! ¡Cuánto necesitamos de una moderación existencial!
Pidámosle al Señor de las Misericordias, especialmente para los cristianos, más
coherencia, más moderación, menos grandilocuencia, más equilibrio, menos
palabras necias y nos conceda desarrollar la prudencia a fin de esperar la
nueva apariencia del mundo sin tantos, tantos y tantos excesos. Sería bueno
seguir el consejo de san Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús:
"No tener moderación, muchas veces,
es causa de que el bien se convierta en mal y la virtud en vicio".
Prof. Mauricio Shara
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