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jueves, 5 de junio de 2014

"Ha llegado el júbilo por el don del Espíritu Santo" Estudio bíblico básico sobre Hechos 2,1-11. Aporte para la Misa de la Solemnidad de Pentecostés



 
1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. 2 De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. 3 Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. 4 Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse. 5 Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo.6 Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. 7 Con gran admiración y estupor decían: «¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos? 8 ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua? 9 Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, 10 en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma, 11 judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios». (Hechos 2,1-11)
 


Estructura
 
Las perícopas del texto son fáciles de ser delimitadas (por ahora ambas juntas: 2,1-13) ya que la perícopa anterior es el relato sobre la elección de Matías (1,15-26) y luego tenemos el discurso de Pedro en Pentecostés (2,14-36). Es importante señalar que el texto completo es todo el capítulo 2, que va describiendo las características de la recepción del Espíritu Santo en la Iglesia primitiva según Lucas. Podemos delimitar las perícopas del texto así:
 
I) Pneumatofanía (2,1-4)
II) Reacciones por la manifestación del Espíritu (2,5-13)
III) Discurso de Pedro (2,14-36)
IV) Conversión y bautismo (2,37-41)
V) Comunidad cristiana (2,42-47)
 
Entonces la sección litúrgica se compone de la perícopa de 2,1-4 más una parte de la otra 2,5-11. Si fichamos las secuencias encontramos:
 
En la I perícopa (2,1-4):
 
1) (2,1-2) En una de las reuniones de oración de los discípulos y algunas mujeres, entre ellas María (cf. 1,14) perciben que viene del cielo el estruendo de un viento violento que llena toda la casa.
2) (2,3) Relata la visión de las "lenguas como de fuego" sobre cada uno de ellos.
3) (2,4)  Quedan todos llenos del Espíritu Santo y lo manifiestan hablando en "otras lenguas" (en gr. eterais glossais).  
 
En la II perícopa (2,5-13):
 
1) (2,5-6) Los testigos del acontecimiento son atraídos por el sonido (en gr. fones) del viento violento y ocurre el milagro de que escuchan las lenguas (glossais) en el dialecto (en gr. dialekto) de cada uno.
2) (2,7-11) Los testigos participan del estado de éxtasis, están atónitos y maravillados, por el milagro y reaccionan enumerando los pueblos representados.
3) (2,12-13) Los testigos pasan del estado de éxtasis al de perplejidad y se preguntan qué significa, entre ellos hay quienes reaccionan burlándose.  
 
Comentario:
 
I perícopa "Pneumatofanía" (2,1-4):
 
Secuencia 1: 1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. 2 De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban.
 
Se relaciona con la promesa de Jesús en Lc 24,49. El día de Pentecostés o Fiesta de las Semanas refiere a la Alianza en Sinaí y al quincuagésimo día después de la Pascua (Ex 34,22; Nm 28,26) y al reposo que sigue a la consumación del tiempo, de hecho en el v.1 dice literalmente en griego: "Y al cumplirse el día de Pentecostés" (Καὶ ἐν τῷ συμπληροῦσθαι τὴν ἡμέραν τῆς πεντηκοστῆς NA28). El tiempo se ha consumado, a partir de aquí el Espíritu Santo estará siempre presente en el libro de los Hechos.  
 
Tal como ya dijimos en el fichaje de secuencias, la frase estaban todos reunidos en el mismo lugar se enlaza con Hch 1,14 así que ahí están los discípulos y algunas mujeres, la Virgen María entre ellos.
 
Luego en el v.2 comienza a relatar la pneumatofanía que comienza con un viento violento (en gr. biaías) de bía (violencia), esta palabra griega el evangelista la usa en Lc 16,16 (esfuerzo); Hch 5,26 (violencia); 21,35 (violencia); 24,7 (violencia); 27,41 (violencia). Este último v. es bastante esclarecedor respecto a Hch 2,2 y la versión argentina traduce: Pero chocaron contra un banco de arena y quedó inmóvil, mientras que la popa se deshacía por la violencia de las olas. Sin duda que sólo por el sonido de una fuerte ráfaga de viento no se congrega una multitud en un punto de la ciudad (Hch 2,6), sino que debe ser algo mayor a eso. Por supuesto que al descubrir esto no estamos haciendo una apología de la violencia para "pentescandalizarnos" sino constatando bíblicamente que se trata de una fuerza divina (el viento, en gr. pneuma) que desata un acontecimiento cósmico cuando se ha cumplido el tiempo, cuando ha llegado el júbilo, cuando ha llegado la fuerza del Espíritu Santo. El estruendo sonó en toda la casa donde estaban reunidos. El símbolo teofánico del viento lo encontramos también en: Ez 1,4, en Ez 3,12 el estruendo.
 
Secuencia 2: 3 Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Sigue la npeumatofanía que suma al símbolo del viento teofánico el símbolo del fuego (Is 30,27; Ez 1,4; Sal 18,13; Sal 29,7; Sal 50,3; Sal 97,3). Se trata de una visión: vieron aparecer. Se posan las lenguas de fuego sobre cada uno de ellos como el espíritu se posó sobre cada uno los ancianos de Israel en Nm 11,25 y que luego "comenzaron a hablar en éxtasis".  
 
Secuencia 3: Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse. A diferencia de Nm 11 quedan llenos del Espíritu Santo pero igualmente hablan en éxtasis "diferentes lenguas". ¿Cómo usa el evangelista la palabra griega "glossa" (lengua)?:

 
1.    Para referirse al órgano lengua de manera metafórica: Lc 1,64; 16,24; Hch 2,26
2.    Para referirse a idiomas (lenguaje de signos sonoros y/o grafismos convencionales): Hch 2,11
3.    Para referirse a un hablar extático (con signos sonoros no convencionales): Hch 10,46; 19,6.

 
Por todo lo que venimos estudiando, entendemos que se trata de un hablar extático, una manifestación ocasionada por la llenura del don del Espíritu Santo: hablar en lenguas, glosolalia, iubilaeus quinquagesimus o jubileo pentecostal.
 
Sobre esto, debemos decir que la manifestación del "hablar en lenguas" sobrepasa a una realidad puramente cristiana, existiendo antecedentes en la cultura griega p.e. en el "Himno homérico a Apolo".
 
II perícopa "Reacciones por la manifestación del Espíritu" (2,5-13):
 
Secuencia 1: 5 Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo. 6 Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua.
 
Para celebrar la Fiesta de las Semanas (shavuoth) había peregrinos de todo el mundo ("de toda nación bajo el cielo" exagera Lucas para enfatizar el carácter universal de la experiencia del Espíritu), cuando se escucha el sonido estruendoso se congrega una multitud como la anunciada por los profetas Isaías y Zacarías (Is 26,13; 49,22; 60,4.9; Za 8,7-8). Ahora ya no tiene sentido preguntarnos en qué lugar se relata que ocurre este acontecimiento ya que, como vemos, para Lucas hay otros intereses más importantes como son la universalidad y el cumplimiento del tiempo anunciado por los profetas. Aunque nunca menciona el lugar específico, al principio pareciera ser un sitio habitual de reunión en relación a 1,12-14 ¿el aposento alto? pero en este momento el lugar físico a perdido total relevancia para describir una dinámica que va desde lo íntimo de la comunidad cristiana hasta lo universal que comprende a representantes de todas las naciones del mundo. En referencia al lugar, al autor sagrado sólo le interesa que esto acontece en Jerusalén.
  
Cabe acotar, que tampoco es relevante preguntarse si primero fue la elección de Matías o Pentecostés ya que el hagiógrafo no estuvo presente en ninguno de estos acontecimientos sino que está relatando teológicamente su perspectiva sobre la historia de la Iglesia primitiva, asistido por el Espíritu Santo y las tradiciones recibidas.
 
Luego nos dice que la multitud queda confusa (en gr. sunjeo) porque escuchaban cada uno en su propio idioma (en gr. dialekto), sistema de signos convencionales. El milagro consiste en una interpretación simultánea del hablar en lenguas extático de los discípulos a cada uno de los testigos del acontecimiento. Como antecedente citamos que Filón de Alejandría describe algo parecido en su interpretación alegórica de la ley "De decalogo".
 
Secuencia 2: 7 Con gran admiración y estupor decían: «¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos? 8 ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua? 9 Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, 10 en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma, 11 judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios».       

 
La reacción se transforma en éxtasis y se asombraron por el milagro de escucharlos en sus propios idiomas (dialekto). La palabra dialekto la usa el evangelista siempre para hablar de un idioma p.e. Hch 1,19; 21,40; 22,2; 26,14.
 
Los testigos reaccionan aportando una lista de pueblos que, curiosamente, no aparecen a lo largo del libro de los Hechos, salvo Asia Menor, aunque la I Pedro 1,1 menciona a Ponto y Galacia como territorios de misión de Pablo. Son 17 pueblos enumerados, la única vez que la Biblia enumera un catálogo de 17 pueblos y personas es en el Salmo 83,6-12 y se refiere a enemigos de Israel, los 10 primeros son pueblos y los 7 últimos son personas. Ahora, por el contrario, el advenimiento del Espíritu Santo es un puente entre la Iglesia y el mundo, representado en esos 17 pueblos. Todos escuchan en sus lenguas las grandezas de Dios.
 
Conclusión
 
Hasta acá llega la sección litúrgica, luego entre la multitud de testigos habrá quienes juzgarán mal el acontecimiento de Pentecostés: ¡están llenos de vino dulce! lo que dará lugar al discurso de Pedro a varios auditorios presentando el kerygma. No nos olvidemos que es imprescindible leer con atención todo el cap. 2 para considerar el sentido del hagiógrafo y hacer una buena hermenéutica y mejores aplicaciones.
 
¡Así ha llegado para siempre el júbilo por el don del Espíritu Santo, la alegría y el reposo que sólo Dios nos puede dar!
 
¡Feliz Celebración de Pentecostés!
 
Prof. Mauricio Shara
(Profesor en Teología por la Pontificia UCA)

2 comentarios:

  1. Anónimo6/06/2014

    Mauricio no hay mucho mas para decir. Tu estudio es completisimo.!!! Solo agrego algo de mi
    autoria:

    FRESCA UNCION

    Desciendes como impetuoso viento,
    amor del Padre y del Hijo, Espiritu Divino
    tu agua de vida, como fresca uncion
    embriaga toda vida, todo corazon.
    ---------------------------------------------------------
    ---------------------------------------------------------

    Das fuerza,energia, valor
    plantando buena semilla,
    Oh, Espiritu del Dios viviente
    hazla brotar en bendecida simiente.!

    ETELVINA

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  2. Gracias por aumentar nuestro conocimiento para un mejor aprecio del gran regalo que nos hace Dios enviando su Santo Espíritu, y a Jesús Nuestro Señor, que por sus méritos nos gana este defensor para que Él venga. Gracias a Dios!

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