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viernes, 2 de mayo de 2014

Estudio sobre I de Pedro 1,17-21. Aporte para la Misa del III Domingo de Pascua



 
17 Y ya que ustedes llaman Padre a aquel que, sin hacer acepción de personas, juzga a cada uno según sus obras, vivan en el temor mientras están de paso en este mundo. 18 Ustedes saben que fueron rescatados de la vana conducta heredada de sus padres, no con bienes corruptibles, como el oro y la plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha y sin defecto, 20 predestinado antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos para bien de ustedes. 21 Por él, ustedes creen en Dios, que lo ha resucitado y lo ha glorificado, de manera que la fe y la esperanza de ustedes estén puestas en Dios.(I Pedro 1,17,21)



Introducción
 
Se trata de una preciosa sección litúrgica de la Sagrada Escritura. La carta está escrita en un griego de estilo elegante; además faltan recuerdos personales propios de un compañero de Jesús; se llama "Babilonia" a Roma y esto corresponde a una aplicación posterior al 70 d.C. (el apóstol muerte mártir en la década del 60); los temas teológicos son posteriores al 70 d.C.; se alude a Silvano en la redacción de la carta (5,12); entre los destinatarios figuran iglesias fundadas por Pablo, etc. Por lo tanto, es posible identificar la autoría con algún continuador petrino de gran cultura.[1]
 
"Nos parece razonable fechar la 1 Pe entre los años 75-80, después de la destrucción del templo de Jerusalén. Un discípulo de Pedro, de lengua griega, presbítero como él (5,1), recoge las enseñanzas del apóstol para exhortar a los fieles del Asia Menor a resistir en la prueba. Para nosotros, esta carta constituye un testimonio precioso sobre el prestigio que rodeaba al apóstol mártir, incluso entre las comunidades que no había visitado durante su vida".[2]
 
Estructura
 
Lo primero que hacemos es ubicar esta sección litúrgica en su contexto. La I Carta de Pedro está dominada por el género literario "Exhortaciones", las cuales abundan de principio a fin. Una estructura muy básica de toda la Carta podría ser esta:
 
A. Introducción 1,1-12
B1. Exhortaciones generales 1,13-2,10
B2. Exhortaciones especiales 2,11-4,6
B1'. Exhortaciones generales 4,7-19
B2'. Exhortaciones especiales 5,1-9
A'. Conclusión 5,12-14
 
Por supuesto, que puede abrirse cada ítem y explicarse mejor. También puede someterse a un análisis semiótico posterior (sobre el idioma original) a fin de encontrar nuevos horizontes propios del texto mucho más dinámicos. Pero nos quedaremos en lo muy básico por su inmenso valor didáctico: "menos es más".
 
Luego, nos detenemos en la parte que incluye la sección litúrgica: Exhortaciones generales 1,13-2,10. Estas exhortaciones generales refieren a lo que nos dice 1,13: Por lo tanto, manténganse con el espíritu alerta, vivan sobriamente y pongan toda su esperanza en la gracia que recibirán cuando se manifieste Jesucristo. Lo cual encabeza esta primera serie de exhortaciones y nos indica la disposición que debemos tener.
 
Entre las exhortaciones generales de 1,13-2,10 encontramos las siguientes:
 
1) Por lo tanto, manténganse con el espíritu alerta, vivan sobriamente y pongan toda su esperanza en la gracia que recibirán cuando se manifieste Jesucristo (v.13).
 
2) Como hijos obedientes, no procedan de acuerdo con los malos deseos que tenían antes, mientras vivían en la ignorancia (v.14).
 
3) Y ya que ustedes llaman Padre a aquel que, sin hacer acepción de personas, juzga a cada uno según sus obras, vivan en el temor mientras están de paso en este mundo (v.17).
 
Los vv.15-16 son la motivación para la exhortación n° 2.
Así, podemos ver la coherencia del texto que sigue un esquema "exhortación-motivación". Esto se repite en nuestra sección litúrgica con un enlace:
 
·         Enlace: Y ya que ustedes llaman Padre a aquel que, sin hacer acepción de personas, juzga a cada uno según sus obras v.17a.
 
·         Exhortación: vivan en el temor mientras están de paso en este mundo. v.17b.
 
·         Motivación: Ustedes saben que fueron rescatados de la vana conducta heredada de sus padres, no con bienes corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha y sin defecto, predestinado antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos para bien de ustedes. Por él, ustedes creen en Dios, que lo ha resucitado y lo ha glorificado, de manera que la fe y la esperanza de ustedes estén puestas en Dios vv.18-21.

Pero los vv.18-21 no son solamente una motivación sino que también constituyen una confesión de fe.
 
 
Género literario
 
Recordemos que el descubrir los géneros literarios en la Biblia es imprescindible para entender qué dice la Biblia (cf. Dei Verbum, 12. Concilio Vaticano II). Por tanto, no es cuestión de meramente mencionar la importancia de los mismos sino de descubrirlos en la práctica concreta de una lectura bíblica que pretende honestamente buscar "qué dice".   
 
En este caso, descubrimos el género literario "Exhortación" que domina la sección y que incluye el género literario "Confesión de fe". 
 
Comentario
 
Enlace y Exhortación: Y ya que ustedes llaman Padre a aquel que, sin hacer acepción de personas, juzga a cada uno según sus obras, vivan en el temor mientras están de paso en este mundo.
 
"Estas palabras nos suenan mal hoy y nos parecen remitir a una religión del miedo. Sabemos qué caricatura se ha hecho del Antiguo Testamento al oponerlo como la religión del miedo a la religión del amor. En esa presentación hay un error tanto en un caso como en el otro. El temor de Dios, del que habla frecuentemente el Deuteronomio, va acompañado del amor (por ejemplo en Dt 6,1-ss.), mientras que en el Nuevo Testamento el amor de Dios no tiene nada que ver con una indulgencia bonachona. Porque Dios nos ama, nos trata como hijos responsables y apela a nuestra generosidad. La seriedad del precio pagado por nuestro rescate es el signo más auténtico de la seriedad del amor de Dios. Servirle con temor es responder a su llamada con un sentido agudo de nuestra responsabilidad".[3]

 
Motivación y Confesión de Fe: Ustedes saben que fueron rescatados de la vana conducta heredada de sus padres, no con bienes corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha y sin defecto, predestinado antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos para bien de ustedes. Por él, ustedes creen en Dios, que lo ha resucitado y lo ha glorificado, de manera que la fe y la esperanza de ustedes estén puestas en Dios.
 
Cuando hablamos de ser rescatados de la vana manera de vivir en el pasado, generalmente hacemos una aplicación de esta Palabra a nuestros pecados antes de nuestra conversión, esta aplicación es correcta porque lo que el autor sagrado está referenciando son los cultos ancestrales de los cristianos helénicos, los cuales eran conservados a ultranza por la población.
 
"Este mismo conservadurismo religioso encontramos en Plutarco (46-127 d. C), una de las grandes figuras del helenismo de la época romana: «La fe (ancestral y tradicional) es como una base, como un fundamento común que sostiene toda la piedad; atacar y quebrantar en un solo punto su solidez y el crédito de que goza es hacerla sospechosa y quebradiza en todas partes» (Diálogo sobre el amor, 756b)".[4]

 
Pero recordemos que para actualizar con seriedad la Palabra de Dios primero necesitamos saber, básicamente, qué pretendió decir el autor sagrado y recién a partir de ahí puedo relacionar un texto con nuestro contexto vital actual. Haciendo así se evitan lamentables lecturas caprichosas de la Biblia en donde se ha pretendido "iluminar la realidad con la Biblia" pero, contradictoriamente, sin saber qué dice la Biblia realmente.

 
Entonces, ¿cuál debería ser nuestra actitud? Pues, de la misma manera en que nos reconocemos pecadores para que la santidad de Dios venga a perfeccionarnos y así buscar la felicidad y aún tener acceso a ella, no para gozarnos del pecado. Asimismo, nos reconocemos ignorantes para que la sabiduría de Dios venga a perfeccionarnos y así buscar la verdad y aún tener acceso a ella, no para gozarnos del error y la mentira. ¡Todo aquel que se crea "el dueño de la humildad" ha perdido la humildad!         

 
Como hijos obedientes, no procedan de acuerdo con los malos deseos que tenían antes, mientras vivían en la ignorancia (I Pedro 1,14).
 
Luego nos dice el texto: Ustedes saben que fueron rescatados de la vana conducta heredada de sus padres "El verbo que se utiliza en griego[5] y que significa propiamente pagar el rescate por la liberación de un prisionero o el precio por la compra de un esclavo, en los Setenta traduce regularmente un verbo hebreo que significa intervenir como pariente cercano en determinadas ocasiones. Como goel de Israel, Dios interviene sin mérito alguno por parte de aquel pueblo infiel, pero lo hace tan sólo por fidelidad a sí mismo, por sentido de solidaridad, como hoy  diríamos, con un pueblo miserable y oprimido. La gratuidad de semejante intervención queda bien subrayada en un texto que sirve de inspiración a Pedro: «De balde os vendieron, y sin pagar os rescataré» (Is 52, 3)".[6] Ver Levítico 25,23-28.47-48; Jeremías 32, Rut 3-4.
 
Conclusión
 
La esperanza viva que nace del misterio pascual de Jesucristo se ha de plasmar en una conducta renacida que responda a Dios Padre como hijos que lo aman: sobriedad en nuestros actos y palabras, no ignorar acerca de Dios, vivir respetando a Dios como se merece y confesar a Jesucristo como nuestro Redentor. Y no sentirnos dueños de nada y pero sí administradores de todo: ni dueños de la santidad, ni dueños de la verdad, ni dueños de la humildad.
 
¡Gloria al Cordero sin mancha que nos ha rescatado: Jesucristo!
 
 
Prof. Mauricio Shara   





[1] Cf. José Cervantes Gabarrón, I Pedro en Comentario Bíblico Internacional, Navarra, Verbo Divino, 2005, 1642.
[2] Edouard Cothenet, Las cartas de Pedro. CB 46. Navarra, Verbo Divino, 1984, 11.
[3] Ibid., 18.
[4] Ibid.,19.
[5] La palabra griega es "elytrozete" ἐλυτρώθητε del verbo "lytróo". Se usa también en Lc 24,21 y Tito 2,14.
[6] Ibíd,18-19.

1 comentario:

  1. Anónimo5/04/2014

    Este aporte sobre la carta de I Ped., es muy esclarecedor. Es lamentable que muchos no lo
    lean. Acrecienta nuestra fe y nuestra esperanza en la segunda venida de Cristo...!!!!!!!
    ETELVINA

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